Dice Luis Enrique que, a veces, perder también enseña mucho. A provechemos pues la derrota contra el Atlético de Bilbao para sacar consecuencias. El Barcelona, Club de Fútbol, es sin duda uno de los mejores equipos del mundo. El año pasado ganó con todo el merecimiento el triplete. Este año que viene ya no habrá sextete. ¿Razones? Véanse algunas: la primera de ellas es que el Barcelona es un equipo casi exhausto. Son muchas copas con pocos días de diferencia, y las autoridades del fútbol competición parecen estar en otra cosa. Envejece todo el mundo menos ellos.
Además, en el Barcelona ocurren otras cosas. Por no saber administrar bien los fichajes de la Masía le castigaron a no poder fichar, con lo cual los craks tienen que esperar hasta enero para formar parte de las alineaciones. Esta es una de las razones del cansancio del equipo. Del Atlético no diremos que está cuajado de jugadores galácticos pero sí de enrome poderío físico.
Como vimos claramente el viernes pasado, los vascos arrollaron a los culés sin fuelle bastante para aguantar noventa minutos. Inesperadamente vinieron los goles, cuatro en total. En otras circunstancias cuatro goles no hubieran sido para el Barcelona una muralla insuperable, pero ahora no, el equipo estaba cansado y para colmo, por aquello precisamente del descanso, Luis Enrique había prescindido de su mejores futbolistas.
En resumen, la derrota vergonzosa y sin paliativos. Al lunes siguiente, Luis Enrique volvió a hablar. Era su deber para motivar a su equipo. Dijo que estaba convencido de que la remontaba era posible. Pues no. Messi no apareció siquiera. Su cara de cansancio en la selva de piernas de la defensa atlética no engañaba a nadie. Para colmo, cuando todavía había tiempo para empezar a remontar, Piqué sacó su mala educación metiéndose con el árbitro. No sabemos qué palabras le dijo pero el del pito señaló la banda con la cartulina roja. Adiós sextete, más se perdió en Lepanto. Por un plano general del cámara, vi a Villar impertubable, (éste si que no se cansa). Tal vez habría que hacer algo para que no se amontonaran tantos partidos y tantas supercopas. Los equipos que no ganan nada no tienen estas urgencias. Pero el Madrid y Barcelona sí porque son finalistas todos los años. En fin, como dijo el amigo Lucho, quizá sea bueno perder alguna vez.
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