Cuando se anuncia la inminente llegada del AVE a Granada y Murcia, los almerienses (esos ciudadanos históricamente abandonados por las administraciones y que han podido sobrevivir gracias al espíritu emprendedor y al esfuerzo individual) no nos sorprendemos porque estamos ya acostumbrados a que las inversiones lleguen tarde, mal y nunca a nuestra provincia. Recuerdo la autovía A-92 que a nuestra tierra llegó en 2002, diez años después que al resto de Andalucía. ¿Qué ocurre con el AVE? O vamos todos a una como Fuenteovejuna o viviremos la misma historia. Contemplar la inversión prevista en los Presupuestos Generales del Estado para Almería nos hace concluir que las cosas de palacio van a ir verdaderamente despacio. Para defendernos de este desprecio continuado ha nacido un grupo de calidad contrastada cuyo objetivo es la lucha contra el abandono de las líneas ferroviarias almerienses: Se trata de Califal, ciudadanos que como afirma el Catedrático de la UAL e inspirador de esta plataforma, Andrés Sánchez Picón, “ ante la catastrófica situación de los servicios ferroviarios en la provincia de Almería, un grupo de ciudadanos hacen uso de esta plataforma para denunciar esta situación y para valorar las propuestas que desde las administraciones y entidades responsables se hagan al respecto”. Muchos de los miembros de Califal lo somos también de la históríca ASAFAL, asociación de amigos del ferrocarril de Almería que llevamos décadas gritando por la dignidad ferroviaria de la provincia. La Cámara y Asempal se unen en la reivindicación exigiendo inversiones suficientes y constantes para el AVE en Almería, proyecto crucial para esta gran provincia exportadora. Precisamente el 25 de Julio de 2015 se cumplieron 120 años de la llegada del tren a nuestra tierra y se inauguraba el bello y actualmente abandonado edificio de la Estación que encierra un gran valor histórico-artístico. Hoy asombra que desde la provincia tardemos 45 minutos más a Sevilla y 23 a Granada que hace quince años. Desde finales del XIX nos se han construido más kilómetros de vía, es más, se han reducido a la vez que se han suprimido trenes (Se suprimieron el nocturno a Madrid y la línea de Guadix a Almendricos vital para la comarca del Almanzora). Sabemos también que son los más lentos del país y que si se nos ocurre ir a Barcelona (que antes echábamos el fin de semana para llegar) nos encontramos que el tren ya no existe pues este trayecto ha sido desactivado. Si preferimos ir a Sevilla nos encontramos un transbordo en autobús entre Granada y Antequera. No es extraño observar que la única ciudad donde decrece el número de viajeros ferroviarios sea Almería.
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