El PSOE quiere conservar la agricultura tradicional del Andarax

Juan Torrijos
01:00 • 26 sept. 2015

Hace unos días el PSOE celebraba una reunión en un pueblo del llamado medio Andarax, donde se habló de las ventajas que tiene la Alpujarra almeriense y los pueblos del río de cara a un turismo sostenible. Así como que la parra debe ser una fuente de empleo y sostén de familias en los municipios afectados. La política planteada desde instituciones políticas de mantener a la gente en los pueblos no ha dado sus frutos en estos años. Desde Diputación se apostó por esta opción, claro que lo mismo se hizo con la boca pequeña y el bolsillo cerrado. Si algo ha cambiado en los políticos y están dispuestos de verdad a poner el acento en la defensa de los pequeños pueblos del interior, nada que objetar. Todo lo contrario, agradecerles que ahora miren de vez en cuando al desprotegido interior. Más vale tarde que nunca. 
Hay que proteger y promover la biodiversidad de la zona como primer paso de cara al futuro, dicen en sus reuniones. Uno piensa que el primer paso es defender y proteger a los hombres y mujeres que en ellas viven. Y no creo que ello se lleve con mucho celo desde los servicios públicos actualmente. Lo que no contaban en la reunión es que algunos pueblos han perdido el diario médico que atiende a los ciudadanos. Se ha pasado a lunes, miércoles y viernes de ocho a once. Tampoco se habló de que una ambulancia tarda más de quince minutos en llegar; eso si hay una libre en el centro de salud de Alhama. Se han vivido dramas tremendos esperando una ambulancia en plazas y calles de esos pueblos, pero ante la escasa queja de la gente, por miedo o por lo que sea, las carreteras que los unen con los servicios no han cambiado en los últimos 40 años. ¡Parras sí, carreteras también!
Defendamos las parras, bien, pero antes, si les parece, defendamos a los parraleros. Y en eso, que quieren que les diga, no les veo muy preocupados. Hay que crear puestos de trabajo, vale. ¿La parra puede ser una alternativa? No digo que no. Reconocer que se quitaron las parras sin dar alternativa fue una barbaridad y está bien que se haga. No es mal comienzo. Pero la alternativa tienen que ser los hombres y las mujeres de estos pueblos. Y los que quedan, no los que van sólo los fines de semana o en fiestas. No parece que estos últimos tengan ganas o fuerzas para ser los nuevos parraleros.







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