Más de 4.700 almerienses encontraron un trabajo durante el pasado mes de octubre, según las cifras dadas a conocer esta semana por el Servicio Público de Empleo Estatal. Un dato positivo que, sin embargo, conviene matizar. Esta reducción en el número de parados, que se debe fundamentalmente al comienzo de la campaña agrícola, la hemos observado históricamente en nuestra provincia, por lo que estas cifras no dicen mucho más que eso: que la agricultura vuelve a tirar de nuestra economía y del empleo con la entrada del otoño.
La foto fija del desempleo en la provincia poco o nada se ha movido desde la llegada de Rajoy a La Moncloa. Durante una treintena de meses hemos alcanzado, superado o rondado los cifra de 80.000 parados. Es decir, Almería ha aguantado toda la legislatura con una tasa de desempleo insufrible que ha tenido dos efectos inmediatos: el empobrecimiento de miles de familias y el acusado incremento de la economía sumergida, tal y como reveló la Asociación de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), que la sitúa por encima del 30% en nuestra provincia.
La situación económica y social de la provincia dista mucho, por lo tanto, de ser poco menos que idílica, si atendemos a cómo la pintan los dirigentes provinciales del Partido Popular, debido a que el modelo de relaciones laborales impuesto por Rajoy ha llevado a más paro, precariedad y desprotección de los desempleados. Hoy España tiene menos empleo indefinido y más temporal, menos empleo a tiempo completo y más a tiempo parcial y una caída histórica de 500.000 personas en la población activa –más de 32.000 en la provincia de Almería–. La congelación del Salario Mínimo Interprofesional, la devaluación salarial, la caída de la cobertura por desempleo y el fin de los convenios colectivos han hecho el resto.
España necesita de manera imperiosa dar un giro de 180 grados a esta situación si no queremos vernos abocados de manera indefinida a una situación difícil de recomponer. En ese sentido, el compromiso del PSOE, si gobierna, será derogar totalmente la reforma laboral y poner en marcha un nuevo Estatuto de los Trabajadores que recupere muchos de los derechos laborales perdidos y que ponga freno a la precariedad.
En un país donde la creación de empleo es la única salida posible al escenario de crisis en el que aún estamos inmersos, necesitamos un presidente que dé la cara, que responda ante los ciudadanos y ciudadanas. Que ofrezca soluciones al principal problema de millones de españoles. Y en ese escenario, Rajoy no puede ser la solución.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/93998/empleo-y-salarios-dignos