Yo entiendo a don Andrés García Lorca, un caco puede robar diez veces en una noche y no deja de ser un caso puntual. Hay que estar de acuerdo con el aserto. Claro que si hubiera un solo caco no habría problemas. Con una noche de trabajo puede tener para vivir un mes, pero como hay más de uno y más de dos cacos, la inseguridad se siente, se palpa, se vive. Y no hay nada peor que perder la confianza en la seguridad. Con todo, lo que más llama la atención es la dureza de una frase de la alcaldesa de Níjar, doña Esperanza Pérez, cuando manifiesta que hay días en que en el municipio nijareño, el suyo, no hay dotación de la Guardia Civil. Desde hace años vengo contando que los pueblos, especialmente los pequeños, han perdido a lo largo de estos años seguridad y sanidad. Si eso ocurre en municipios como Níjar, uno de los más grandes de España, algo no está funcionando bien en este país. Se queja la alcaldesa y con toda la razón: No parece de recibo que haya días en que Níjar no tenga dotación de la Benemérita para la seguridad de sus vecinos, que son muchos miles y diseminados.
A los pueblos les quitaron en su día la pareja de civiles, el médico parece que ha dejado de ser un servicio público y va sólo un par de horas al día, a veces no todos los días. Y siguen existiendo carreteras, en contra de lo que diga la Diputación y la Junta, donde las curvas siguen siendo las mismas que nos dejó la dictablanda de Primo de Rivera, que tiene redaños. No hay puntos negros, dicen los políticos. Vale, pero hay pueblos a más de quince o veinte minutos de un centro de salud y sin médico o enfermera ante una emergencia. Pueblos a más de quince o veinte minutos de una pareja de la Guardia Civil ante un problema. El paciente puede morir en el camino, de hecho se ha dado más de un caso. Ante el problema de seguridad cuando llegue la pareja no queda nadie para contarlo.
Bueno, siempre quedará un político. Hemos cambiado a los médicos por más políticos, hemos cambiado a los números y al sargento por más políticos. Y claro, si no hay dinero para todo, siempre son ellos los primeros y únicos a cobrar. Hay que racionalizar los gastos: Quitamos a los civiles y a los médicos de los pueblos y así podremos seguir pagando a los políticos. Y esa es la solución a la que se ha llegado. Cuando vamos a gritar basta.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/99604/almeria-nijar-alhama-taxistas-campo-todos-sentimos-inseguridad