La magia de las palabras

Y la fiesta comenzaba con las instantáneas que representan la trayectoria de estos tenderos de sueños. Imágenes de más de ciento cincuenta encuentros con autores a lo largo de los diez años de vida de Sintagma. Reuniones de la emoción que han sido posibles gracias al incondicional apoyo del ayuntamiento de El Ejido. De recoger esos destellos de felicidad compartida se encargaba la fotógrafa Toñi Indalecio, artífice de muchas de las sonrisas del alma que de allí cuelgan, y que reflejan el gozo de los que amamos la Literatura, de los que la sentimos como un órgano de nuestro cuerpo y sin la cual ya no entendemos la vida. 
Y el auditorio-templo de El Ejido hace posible el rito. Es necesario escenificar la quema de la nostalgia para que nazca la esperanza. Diez años de imágenes de libros y autores, desde Ana María Matute a Fernando Savater, pasando por todos los autores que hemos ido brotando de esta tierra, colocados todos a la par y que reflejan la sensibilidad de los libreros con alma. Porque la exposición Escritores en El Ejido sirve sobre todo para saber de dónde venimos. El hacia dónde vamos, nos lo brindan los mismos protagonistas de este esforzado pasado, mediante un brillante maestro de ceremonias, el escritor Benjamín Prado, que sabrá insuflarnos la alegría de sentir como propios sus ojos de poeta.
Y desde que toma la palabra, Benjamín te atrapa, es el hombre-araña, un superheroe. Teje naturalmente una fina red de hebras transparentes en la que quedas presa sin remisión... para siempre...

Un poeta que huye Manuel lo presenta fundamentalmente como poeta y él intenta huir de la etiqueta sin éxito. Comienza con un recorrido sobre la temática de su narrativa, a través del esbozo de uno de sus personajes principales, Juan Urbano, trasunto del Juan Panadero de Alberti y que constituyen una parte importante de su actualidad productiva. Pero el poeta de Cádiz se asomaba a cada frase... su maestro, su mentor, su familia... Primero con un racimo de los mejores consejos que le diera:  la Literatura es algo decisivo en la vida y representa el verdadero tamaño de un país; Tómate muy en serio tu obra pero totalmente en broma a ti mismo; todo en la vida tiene una respuesta poética.

Existir desde la literatura Y Benjamín nos desgrana, nos recita, la manera que él tiene de existir desde la Literatura, porque la siente como la gran oportunidad de ser escuchado por escrito, de profundizar en su propia percepción del mundo. Los libros, para ser considerados como tales, deben de poseer la capacidad de aportamos claves. Hace puntos y a parte, pasando a revelarnos secretos sobre su proceso creador, el cual comienza muchas veces con la frase: a que no te atreves. En ella deposita el germen sobre un tema del que cree saberlo todo, pero que en realidad tiene muchos cuartos oscuros faltos de bombillas que él sabrá prender. Sus ideas nacen de las noticias, de las preocupaciones de cualquier ciudadano de a pie y que Prado convierte en libro. Por ejemplo, la cultura del pelotazo que ha llevado a sus novelas y que señala como la culpable de la grave crisis posterior. Porque hubo un tiempo muy cercano donde: no importaba subirse a la tumba de otro para parecer más alto.
Lamenta, como parte de las miserias patrias, la manera de tratar al creador, la impunidad de la piratería sin rostro. Pero después de llorar a una por un instante, nos aúpa desde el silencio que refrendamos y que sabe alfombrar con estilo: el que no lee se tiene que conformar con ser uno mismo, que no suele ser gran cosa. En cambio el que lee, persigue ballenas blancas o es capaz de nadar de noche detrás del conde de Montecristo...Amén...
Tras el caluroso aplauso de despedida, soy la primera en comprar una de sus obras. Y le doy la razón a Manuel, Benjamín Prado es pura poesía en movimiento. Por eso me llevo conmigo Ecuador, una recopilación poética revisada que va por su cuarta edición... 
Porque los milagros existen si somos capaces de poner la inteligencia al servicio de la magia: la de las palabras.