Fruit Logistica va a celebrar sus bodas de plata con una excesiva acumulación de debates sobre la mesa. Es verdad que las exigencias de una feria de esta naturaleza no deja demasiados espacios muertos para las especulaciones sobre política internacional, pero, tampoco es menos cierto que pocas ediciones han llegado tan cargadas de cuestiones potencialmente influyentes para con el mercado hortofrutícola y sus sectores afines. Además del embargo ruso, ya asumido por resignación, los mentideros de Messe Berlín acogerán, sin duda, intercambios de puntos de vista sobre el Brexit, en pleno proceso de encauzamiento político en el Reino Unido, salpicado de reacciones desde Bruselas.
Brexit La incertidumbre sobre las consecuencias del divorcio entre las dos orillas del Canal de la Mancha es tan amplia, que se admiten casi todas las posibilidades. Muchas de ellas, en clave de amenaza, para un sector que no está acostumbrado a que los acontecimientos de ámbito internacional le sean favorables.
Puede que esta sea una de las últimas ediciones de la feria berlinesa en la que el Reino Unido siga perteneciendo a la Unión Europea. Es decir, el importantísimo mercado británico, pasará de ser un socio político a un mero socio comercial, en el mejor de los casos.
Según los últimos datos actualizados por la Oficina Europea de Estadísticas, Eurostat, Reino Unido, es el primer importador de frutas y hortalizas frescas de la Unión Europea, con un volumen de 6,1 millones de toneladas en el periodo de enero a septiembre de 2016, por un valor de 7.172 millones de euros. ¿Estas cifras podrían verse seriamente afectadas por el Brexit? Nadie lo sabe. Mejor dicho, nadie puede saberlo.
Es probable que el fuego cruzado entre algunos países miembros y la cada vez más belicosa política británica acabe perjudicando los fluidos vínculos comerciales entre las zonas de producción hortofrutícola más importantes, como Almería, y los mercados del Reino Unido. Igualmente, un escenario de desencuentro excesivo, podría convertir la frontera británica en un muro de castigo para los sectores agroalimentarios del Viejo Continente. En suma, no es descartable que entre los daños colaterales del divorcio entre Londres y Bruselas, pudieran llegar a registrarse barreras no arancelarias o exigencias fronterizas de difícil cumplimiento. Eso, además de las consecuencias esperadas de una pérdida de cotización de la libra respecto al euro.
La pregunta que, seguramente, se plantearán expositores y visitantes en esta edición de Fruit Logistica es ¿a quién puede beneficiar estas u otras consecuencias no deseadas de la ruptura? Si la respuesta es “a nadie” puede que el brexit deje las cosas como están en buena medida.
Sin embargo, no todo estará condicionado por las, de momento, inciertas expectativas de posibles acuerdos entre Reino Unido y la Unión Europea. A nadie se le oculta que las cosas van a cambiar.
Los líderes políticos a quienes les toque “celebrar” la salida compartiendo la calle con los euroescépticos le dejarán a sus sucesores una manzana envenenada, ya que el propio Gobierno Británico estimó antes del referéndum que el brexit supondría una contracción del PIB británico de entre el 3,6% y el 6%.
Una pérdida de renta que sí podría influir de forma negativa en la demanda de productos hortofrutícolas almerienses, sobre todo porque se produciría íntimamente ligada a la ya citada depreciación de la libra que todo el mundo augura.
En Fruit Logistica 2017 se hablará de brexit indefectiblemente, pero, será Trump quien se adueñe de todas las tertulias.
Puede que resulte inevitable analizar las consecuencias de su llegada a la presidencia en una feria hortofrutícola global, en las que están presentes profesionales y ejecutivos de los cinco continentes asisten a las proclamas proteccionistas del showman más poderoso de la historia.
TTIP Si había ocasión de recuperar el TTIP como tema de conversación ahora ya casi no merece la pena. Trump ha hecho saltar por los aires el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TTP), como prometió en su campaña electoral.
La ruptura podría conceder a China un liderazgo absoluto en la región y “argumentos” para seguir ganando terreno a nivel global. Sin duda, una situación que dejará su impronta en la actividad agrícola mundial.
Europa puede poner sobre la mesa su hegemonía tecnológica y las fortalezas de un sólido sistema de garantías alimentarias y de exigencias medioambientales. Pero son precisamente dichas cuestiones, las que pueden quedar en entredicho: la excelencia científica igualada o superada y la protección alimentaria y ambiental obviadas en un mercado global que parece condenado a la desregularización.
Ahora se trata de ver en qué truculencia desemboca la iniciativa de la premier británica Theresa May de orientar su política exterior iniciando un acuerdo con los Estados Unidos de Trump. Aunque aún está dentro de la Unión Europea, parece que el Reino Unido quiere impresionar a sus futuros ex-socios, sentándose a la mesa con el cowboy del proteccionismo.
Liderazgo Europa compra frutas y hortalizas en todo el mundo y exporta todo tipo de productos, así como bienes de equipo y tecnología. Con más luces que sombras, el mercado exterior ha sido la gran baza de la UE para responder a la crisis financiera, incluida España.
A la vez que Europa ejercía esta posición en los mercados internacionales, ha continuado consolidando e impulsando la evolución de su modelo agrario. A través de su veterana Política Agraria Común, tratando de equilibrar las diferencias entre zonas productivas y apoyando la innovación ha asumido retos del máximo nivel en materia de sostenibilidad ambiental y social.
Europa Aunque son incontables las aristas del debate agrario en Europa y las discrepancias de los agricultores son casi cotidianas, hay que reconocer que la agricultura europea ocupa un lugar casi inalcanzable para otras regiones del planeta en materia de regulación, vanguardia tecnológica y, sobre todo, ética. De hecho, en las propuestas de muchos expositores que participan en Fruit Logistica, están presentes algunos de los valores que la UE defiende en sus planteamientos agrícolas.
La agricultura europea desempeña un papel de referencia para otras regiones del planeta, combinando intereses, utopía y tendencias políticas, junto con la aportación de nuevos conceptos científico-técnicos. Europa puede quedarse sola en este tipo de planteamientos si los mercados internacionales dejan de ser las eficaces vías de “comunicación” en las que se convierten cuando las normas y los conceptos quedan reflejados en acuerdos.
Desengañémonos: ni China ni los Estados Unidos de Trump van a estar de parte de las ideas de Europa sobre producción segura y sostenible de alimentos. Puede que ni el Reino Unido, si es que los euroescépticos terminan dominando en las urnas.
La feria Ahora llega Fruit Logistica como una lente gigante de color rosa y con el estímulo añadido para los representantes de la agricultura almeriense que generan las cotizaciones al alza. Además, puede que todo este retablo de amenzas e incertidumbres se quede sólo en una tormenta pasajera, superada, para bien para mal, por realidades insoslayables, como son la necesidad de dar respuesta a la creciente demanda de alimentos de la población mundial ya las consecuencias del cambio climático, por mucho que Trump y algún político español se empeñe en negarlas.
El optimismo no está de moda pero siempre ha sido una estrategia eficaz, al menos cuando se trata de ponerse a trabajar. Fruit Logistica reúne ideas y planteamientos de todos los rincones del planeta y puede que en una parte importante de ellos aniden algunas claves de la producción y comercialización de hortalizas en el futuro.
En cualquier pasillo puede estar la solución. Quienes seguramente no la tienen son Putin, Trump, May o Xi Jinping.
Jacinto Castillo / Director de Agricultura 2000
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