La jornada celebrada en la sede del Ministerio de Agricultura bajo el nombre "Principales retos de la horticultura española bajo invernadero" fue un gran ejercicio comparativo sobre los distintos modelos que dominan la producción agrícola intensiva en nuestro entorno. El sistema productivo de los dos principales rivales de Almería y España, Marruecos y Holanda, sirvió para advertir de la amenaza competitiva que suponen estos dos países para nuestros intereses comerciales.
Mientras que el crecimiento de la exportación de ambos países ha sido generalizado durante los últimos años, el caso español no ofrece las mismas garantías, ya que se ha producido un estancamiento de la exportación nacional del producto analizado, el tomate, durante ese mismo periodo de tiempo.
Tomando como referencia las distintas regiones productoras del país, el caso almeriense choca con otras zonas como Alicante o las islas Canarias, cuya producción de tomate ha ido descendiendo. Almería, por el contrario, ha multiplicado por 2,5 la exportación de esta solanácea al mercado comunitario en los últimos años.
Durante la jornada se han expuesto los diferentes retos que presenta cada modelo para su sostenibilidad, teniendo en cuenta la complejidad existente dentro de cada región geográfica. "Dentro de Almería, conviven invernaderos de última generación con otros, como el modelo parral, que tienen más de veinte años de antigüedad", indica Roberto García Torrente, director de Innovación Agroalimentaria de Cajamar, uno de los asistentes de Almería al acto, explicando que "la solución para la mejora de la productividad de cada una de estas fincas es, por lo tanto, diferente".
No obstante, la innovación tecnológica parece ser la apuesta que la agricultura intensiva debe hacer de cara a sostener este modelo que tan buenos resultados ha obtenido. El ejemplo de Holanda es paradigmático: el incremento de la rentabilidad está fuertemente asociado a las mejoras tecnológicas introducidas. García Torrente cita el caso de los invernaderos de cogeneración eléctrica, que consiguieron reducir el coste de la calefacción mediante la venta del excedente de electricidad hasta conseguir eliminar este gasto.
La consecución del abastecimiento de agua a buen precio y de manera segura para el regadío, la conexión ferroviaria del Mediterráneo que permita dar una salida alternativa a la producción o la concentración de la oferta son otras de las muchas claves que se ofrecieron en la jornada en relación con el sistema productivo agrícola almeriense. Unas mejoras necesarios que no suponen ninguna novedad para la sociedad civil almeriense, pero que no podían obviarse en este encuentro. De acuerdo con el director de Innovación Agroalimentaria de Cajamar, la celebración de la jornada indica una predisposición por parte del Ministerio de Agricultura para buscar una solución a estos problemas, aunque no sean competencia exclusiva de este organismo.
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