Toque de atención al sector por la gestión de los restos vegetales

Expertos advierten de la necesidad de retirar cosechas de acuerdo a la normativa para evitar infecciones

Restos de una cosecha recién arrancada yacen en un solar del Poniente almeriense.
Restos de una cosecha recién arrancada yacen en un solar del Poniente almeriense.
Marco Rueda
20:53 • 30 jul. 2017

Hace doce años, en 2005, la Junta de Andalucía puso en marcha la estrategia 'Compromiso Verde', que situaba la gestión de los restos vegetales como una prioridad para el sector agrícola en la mejora de la higiene y la salud vegetal. El objetivo de esta iniciativa no era otro que el de concienciar acerca de la importancia de recoger de forma adecuada los restos que se producen una vez se arranca la cosecha del invernadero, cuyo volumen total está estimado en torno al millón de toneladas anuales según fuentes de la Junta de Andalucía. Estos restos, que con frecuencia eran quemados en las inmediaciones de las explotaciones agrarias, pasarían a ser tratados en plantas de reciclaje con el objetivo de darle un nuevo valor.




Aunque el avance que se ha producido en el campo ha sido notorio, aún persisten focos en el Poniente almeriense donde se arrojan y acumulan deshechos vegetales sin cumplir los requisitos legales. El secretario general provincial de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, José Antonio Aliaga, alude a algunos "núcleos ganaderos" donde se acumulan pastos, cosechas y otros restos vegetales que no se tratan de acuerdo a la normativa vigente.




El problema de los restos vegetales es especialmente sensible durante la época estival, cuando al terminar la producción se concentra en apenas unos meses todo el volumen de restos procedentes de los invernaderos. Los agricultores y propietarios de las fincas se turnan para solicitar a los camiones de recogida que transporten las matas arrancadas hasta la planta de tratamiento más cercana, por lo que a cambio reciben una pequeña compensación económica.
La estacionalización del arranque de las cosechas provoca problemas logísticos, pero también de almacenamiento en los alrededores de las explotaciones.




Hace unos pocos días, un agricultor llamó a este periódico para quejarse de que una conocida casa de semillas estaba arrojando las plantas que arrancaba de sus fincas a un solar rodeado de invernaderos. "Son plantas que son foco de virus y enfermedades, nos está entrando trips y mosca blanca de estos restos que arrojan sin ningún tipo de cuidado", explicaba el agricultor.




A pesar de que el agricultor señalaba unas prácticas concretas de negligencia a la hora de recoger los restos vegetales, fuentes de la Administración local y regional indican que esto es “algo que por desgracia está generalizado en el campo. 




Origen
Dirk Janssen, investigador del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa), va más allá: “Aunque es difícil determinar de dónde vienen de los virus, tenemos pruebas de que algunas matas que se arrojan al campo están infectadas con huevos o larvas de insectos que transmiten enfermedades a las plantas", afirma el investigador. 
"Por ejemplo, hemos identificado larvas de mosca blanca en restos de calabacín situados en el entorno de los invernaderos que inciden en la aparición de virus como el Nueva Delhi, que ya causó muchos estragos durante el comienzo de la pasada campaña", continua Janssen.




"Las personas que trabajamos en este ámbito desde la Administración sentimos que se está produciendo un ligero retroceso en la recogida de restos vegetales en Almería", opina el investigador del Ifapa. "Antes del Compromiso Verde, el campo almeriense no tenía buena fama en cuanto a higiene y, si bien se ha recorrido mucho camino, debemos recordar cada poco tiempo la importancia de estos trabajos". 




Juan Mateo Arco, técnico de la delegación provincial de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía, cree que "el sentir general no es que esta problemática vaya a más, sino que ahora, en verano, el tema cobra mucha importancia y se observan más las carencias que los aciertos". Precisamente, Mateo habla de que en esta época se solapa en la zona del Poniente el arranque de algunos cultivos como melón o sandía con la plantación de hortalizas de invierno como pepino o pimiento. Un periodo en el que la incidencia de virus en los cultivos es más dañina, ya que las plantas se encuentran en un estado de desarrollo poco avanzado y el contagio puede provocar la pérdida de hectáreas enteras de cosecha.


"Los agricultores o empresas que están dejando restos en la calle durante varios días están, en el sentido estricto de la normativa, incumpliendo la ley", afirma Juan Mateo Arco. "En teoría, los restos deben transportarse en el mismo día o al día siguiente a la planta de tratamiento y se deben cubrir con una malla que les proteja de los insectos transmisores de virosis", explica. El almacenamiento prolongado de los cultivos arrancados en una zona rodeada de invernaderos los convierte, por lo tanto, en un peligrosos foco de infección, una situación que se agrava en la época actual debido al inicio de los cultivos. 


Sanciones
Con el objetivo de velar por el correcto tratamiento de los restos vegetales, la Junta de Andalucía dispone de un número de teléfono al que se pueden reclamar posibles infracciones de la normativa vigente. Adolfo Chavernas, jefe de servicio de Agricultura, Ganadería, Industria y Calidad de la Delegación Territorial de Agricultura, explica que desde la puesta en marcha del Compromiso Verde se han llevado a cabo más de 8.000 actuaciones para atajar problemas relacionados con la sanidad y la higiene vegetal.


En el año 2016, se llevaron a cabo 300 actuaciones coordinadas entre Agricultura y Medio Ambiente, los dos organismos competentes en esta materia, de las que se impusieron 32 sanciones. Este año, ya se han tramitado 16 sanciones de las más de 180 actuaciones.


La orden de virosis vigente contempla que, al arrancar la cosecha, los restos se almacenan en el invernadero hasta su transporte. En el caso de infringir la ley, se abre un expediente  por el que el agricultor tiene diez días para revertir esta situación. En el caso de no hacerlo, se  pone la sanción. Las sanciones, por lo tanto, tienen un carácter disuasorio: “el 95% de los expedientes no acaban en sanción”, afirma Jose A. Aliaga.



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