La Unión Europea es, debido a la cantidad de producto que demanda, uno de los grandes mercados para el sector de las frutas y hortalizas en el mundo entero. El carácter perecedero del género hace que la industria alimentaria almeriense, en una situación geográfica de proximidad con respecto a las grandes centrales de compra europeos, se encuentre en una posición ventajosa para atender las demandas de gran parte de los consumidores del Viejo Continente.
Sin embargo, la apertura de las fronteras comerciales, cuestiones geopolíticas y el avance de las tecnologías de transporte están provocando que cada vez más países del entorno comunitario abastezcan los lineales de los supermercados con estos productos, algo que tienen un impacto directo en los intereses del sector hortofrutícola de la provincia de Almería.
Importaciones
De acuerdo con los últimos datos de Eurostat que han sido procesados por Fepex, Marruecos, Turquía y Egipto, tres rivales del ‘agro’ almeriense, han aumentado su venta de frutas y hortalizas a la Unión Europea durante los dos últimos años.
El caso de Marruecos es especialmente preocupante: las importaciones europeas procedentes de este país subieron en 2016 un 8% con respecto al año anterior, suponiendo un valor total de 921 millones de euros.
Además, la variación interanual que experimentó la exportación marroquí de frutas y hortalizas a la Unión Europea entre septiembre de 2016 y abril de 2017 fue del 17%, llegando hasta los 551, millones de euros por los 470,6 anteriores. La tendencia en este periodo también es similar en el caso de Turquía y Egipto, que crecen un 51% y un 20% respectivamente, aunque el valor total es bastante inferior al de Marruecos: Turquía vendió frutas y hortalizas a la Unión Europea por valor de 139 millones de euros mientras que la importación de producto egipcio fue de 116 millones de euros.
Soluciones
Luis Miguel Fernández, gerente de Coexphal, asegura que el aumento de las cuotas de producto importado desde estos países causa una “pérdida de la competitividad del producto almeriense en el mercado europeo, especialmente en el caso del tomate marroquí”. Además, advierte de que esta situación “va a ir a más, pues ya sabemos que la agricultura muchas veces funciona como moneda de cambio para servir otros intereses estratégicos europeos”.
Ante la actual coyuntura, el gerente de Coexphal apuesta por seguir reforzando el trabajo en “calidad, especialización y diferenciación” de la oferta hortofrutícola local. “Conseguir certificar todos nuestros productos, la lucha biológica y, sobre todo, la producción ecológica, son claves para asegurar el éxito del modelo almeriense”, explica Luis Miguel Fernández.
“Tenemos que ser muy cuidadosos en este último aspecto”, asegura Fernández, “no podemos permitirnos ningún tipo de fraude y echar por tierra el esfuerzo de mucho tiempo en solo un año comercial”.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/agricultura2000/noticia/8/agricultura/135683/la-competencia-esta-en-el-producto-arabe