El salto cualitativo que ha dado la agricultura almeriense en los últimos veinte años es algo que nadie discute a estas alturas. Una opinión que goza de un consenso unánime por los representantes del sector, que aluden a innovaciones como el control biológico, los sistemas de riego eficiente o una mayor planificación de las producciones en función de la demanda exterior.
Sin embargo, por encima de todas estas mejoras sobrevuela un elemento que ha permitido en gran medida materializar estos avances en las explotaciones agrarias de la provincia de Almería. La Organización Común de los Mercados agrarios (OCM) nació en 1997 como un marco normativo cuyo objetivo es reforzar el papel de los productores agroalimentarios en la cadena de producción y distribución de este tipo de productos.
La OCM se creó bajo los preceptos de una mayor orientación de la producción hacia el mercado, incentivando la concentración empresarial, la planificación y los métodos para gestionar las crisis.
Estas situaciones se derivan de momentos en los que, bien porque el mercado no puede absorber la producción debido a situaciones imprevistas o porque las enfermedades o el clima dificultan el abastecimiento regular a los mercados, los productores sufren una pérdida de rentabilidad dramática para su negocio.
Productores
El mercado de las frutas y hortalizas está condicionado por el carácter perecedero de los productos, la gran cantidad de volumen comercializado y la volatilidad que sufren los precios hortofrutícolas. Para corregir estas deficiencias estructurales, uno de los mecanismos nacidos al calor de la Organización Común de los Mercados agrarios fueron las organizaciones de productores (OPs). Las OPs son organizaciones económicas, con una orientación al mercado, en torno a la cual se agrupan productores con el objetivo de vender sus productos de forma organizada.
Estas figuras jurídicas se han convertido en un activo muy importante en la agricultura almeriense, en la que existen 40 OPFHs que agrupan a más de 8.900 socios productores en la provincia.
Programas
El elemento central de actuación de las organizaciones de productores son los programas operativos, los documentos que tiene que aprobar la Comisión Europea para que la entidad que los solicita reciba la subvención que les ayudará a ejecutar los programas de acciones que contemplan estos documentos remitidos al Ejecutivo comunitario. El Libro Blanco de la OCM promovido por las Regiones Europeas Hortofrutícolas (AREFLH) define estos programas como “los instrumentos encaminados a promover la agrupación de los productores y la acción colectiva”, diferenciándose de los programas de desarrollo rural (PDR), encaminados a promover la acción individual de los productores.
Modificaciones
La última reforma de la OCM hecha en 2007 permitió que las organizaciones de productores, que hasta entonces redactaban sus programas operativos para un periodo de tiempo de 3 a 5 años, pudieran introducir modificaciones no substanciales que, de acuerdo con la administración, permitan quitar o añadir algunas acciones que son susceptibles de recibir ayudas económicas por parte de los organismos europeos.
En esta coyuntura, Coexphal, la organización de exportadores hortofrutícolas almerienses, celebró a principios del verano una jornada técnica en la que se explicaba cómo llevar a cabo estos cambios de los programas operativos. El plazo para comunicar los cambios o el mantenimiento de los actuales programas a la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía finaliza el próximo viernes 15 de septiembre. Las nuevas acciones medioambientales, el abonado en verde o el compostaje hecho con restos vegetales, son medidas que pueden incluirse en los nuevos programas.
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