Existen ocasiones en los cambios sociales de mayor profundidad están ligados en su origen a situaciones que pueden resultar de lo más inverosímiles. La aparición del control biológico de plagas y enfermedades en los cultivos es una de ellas. La revolución que transformó la forma de producir frutas y hortalizas en Almería está estrechamente vinculada al malestar físico de un agricultor holandés en la década de los 60.
Esta persona, llamada Jan Koppert, averiguó que sus dolores de cabeza procedían del uso de productos químicos como pesticidas en su cultivo de pepino. Ni corto ni perezoso, viajó a Suiza para conocer a un biólogo que le habló de un insecto, el Phytoseiulus persimilis, que acababa de manera natural con la temida araña roja que arrasaba sus cultivos. Este agricultor fue el fundador en 1967 de la empresa que hoy lidera en el mundo las soluciones biológicas contra plagas y enfermedades vegetales, Koppert Biological Systems, la cual recibe el nombre de su apellido.
Actualidad
Desde ese momento hasta la actualidad, Koppert ha crecido por todo el mundo. En total, 50 años de trayectoria en los que han conseguido convertirse en la referencia del control biológico de cultivos mediante ácaros e insectos y la polinización natural con abejorros.
Una actividad en simbiosis con la naturaleza que, sin embargo, destaca por el alto nivel en innovación y desarrollo tecnológico de sus productos, una de las señas de identidad de la firma holandesa. No obstante, entre el 15 y el 20 por ciento de los trabajadores de la empresa ocupan puestos de investigación, desarrollo e innovación.
España, y en concreto Almería, tienen una importancia vital dentro de Koppert, cuya actividad llega hasta más de 120 países distintos. Almería es un enclave esencial, donde el centro de investigación situado en Vícar sirve de apoyo estratégico al desarrollo de soluciones para la agricultura sostenible en el mundo entero.
Futuro
La visión de Koppert es sencilla: “queremos desarrollar un sistema de soluciones para cada cultivo en el mundo”, expresaba Martin Koppert, responsable de expansión de negocio y nieto del fundador, Jan Koppert. Su padre, Peter, su tío, Paul, y su tío segundo, Henri Oosthoek, fueron la segunda generación que lideró Koppert. Ahora están inmersos en una ambiciosa línea de trabajo, la microbiología, que promete acercarles más aún a su objetivo.
“La cercanía con el agricultor es esencial”
Cuestionado acerca de los valores que distinguen a Koppert del resto de empresas del sector, el responsable para Almería de la empresa, Javier Villegas, lo tiene claro: “estamos al lado del productor cuando requiere de nuestros productos”. Villegas explica que, cuando un agricultor utiliza un producto de Koppert, recibe un asesoramiento técnico que otras empresas no pueden ofrecer.
“Trabajamos con productos que no son sencillos de usar y nos obligan a informar de manera permanente acerca de su uso y sobre cómo mejorar su eficacia”, añade el delegado de Koppert en Almería. En este sentido, la firma holandesa cuenta con un equipo profesional que garantiza este trabajo. Un ejemplo de esta cercanía es el desarrollo de ULTI-MITE SWIRSKI, un nuevo envase que aumenta la eficacia del control biológico gracias a entender las necesidades del campo.
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