En un mercado cada vez más global e interconectado, la producción de frutas y hortalizas se encuentra en una cadena -de la semilla al planto- en la que intervienen un sinfín de actores a distintos niveles, todos ellos preocupados, en última instancia, por ampliar el margen de beneficio de sus productos y servicios.
Esta cadena de actores se encuentra, según explica el consultor y experto en materia agroalimentaria David Del Pino, polarizada por la fortaleza de las industrias a ambos extremos de la cadena.
Por un lado, la biotecnología encargada de desarrollar las semillas e insumos para la producción de alimentos; por otro, las cadenas de distribución que surten alimentos a los consumidores globales. En esta tesitura, la agricultura debe caminar por senderos sostenibles para adaptarse a las demandas del mercado, ya que “el cambio climático es la principal amenaza que enfrente este sector”, de acuerdo con el consejero de Agricultura, Rodrigo Sánchez Haro.
Esta fue una de las ideas principales que se lanzaron en el acto de celebración del 50 aniversario de Koppert celebrado en el Teatro-Auditorio de Vícar. Una jornada de alto nivel, en la que intervinieron como ponentes el experto David del Pino, el investigador Jaime Martínez Valderra y el director del centro de investigación INIA, Manuel Laínez.
En el acto, presentado por la agricultora Lola Gómez Ferrón e inaugurado por el consejero Rodrigo Sánchez, se puso de manifiesto la importancia de empresas como Koppert, un referente en control biológico alineado con el sector productor de frutas y hortalizas almeriense en su apuesta por la productividad y la sostenibilidad de los cultivos. El alcalde de Vícar, Antonio Bonilla, explicó la importancia de la aparición de Koppert en la agricultura almeriense, diferenciada por “su ‘ADN’ único” basado en una cultura de sacrificio, bondad e inteligencia dentro del sector agrícola de la provincia. Aquí, la empresa holandesa se ha comprometido con la innovación y, lo más importante, con el desarrollo de su tejido social.
Soluciones microbiológicas
Estas soluciones destinadas a controlar y mejorar la actividad del suelo en los cultivos es la siguiente parada en el trayecto de Koppert para conseguir el control biológico total de la actividad agrícola. La naturaleza, esta vez en forma de bacterias, hongos y demás microorganismos, siguen siendo la apuesta de la empresa para mejorar la estructura del suelo y su fertilización, evitar la erosión y combatir los fitopatógenos que habitan en este medio. Los productos microbiológicos ya suponen el 30% del total de su negocio superando a los abejorros y acercándose a la de insectos depredadores.
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