La UE enfila al plástico; no permitirá residuos para estar en los mercados

Si el sector hortofrutícola almeriense quiere saber por dónde se moverá la agricultura y los mercados agroalimentarios puede echar mano de la conferencia que ayer pronunció en el marco de la Expolevante la vicepresidenta de la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo, Clara Aguilera.

Bruselas trabaja ya en los nuevos reglamentos que empezarán a aplicarse a partir de 2021. El diseño definitivo no llegará hasta el mes de mayo próximo, cuando se presenten las previsiones de presupuesto, presumiblemente reducido por la pérdida de socios y los recortes financieros.

Líneas maestras
En cualquier caso las líneas maestras ya están sobre la mesa y no supondrán un cambio drástico de escenario para el campo almeriense, porque la mayor reducción se dará en las ayudas directas, de las que Almería percibe pocas. Se mantendrá, e incluso aumentará, lo dedicado a medidas de mercado, y ahí sí que la provincia tiene puestas sus expectativas.

Pero sobre todo será una Política Agrícola Común (PAC) mucho más ‘verde’ que la actual, con una apuesta decidida por la sostenibilidad, el mantenimiento de los sistemas ambientales o la descarbonización tanto en la producción como en los sistemas del transporte.

Ojo avizor
Pero hay una cuestión en la que Europa no parece dispuesta a transigir por más tiempo y es en la presencia de los plásticos en la agricultura. Clara Aguilera afirma que para el Parlamento y la Comisión Europea el plástico es “un elemento a desterrar durante los próximos años en la agricultura”. Y advierte que un modelo como el almeriense tendrá que ponerse las pilas.

En palabras de la eurodiputada, las instituciones europeas están alarmadas y no parecen dispuestas a admitir que en el Mediterráneo, como en otros mares y océanos del planeta “haya más plásticos que peces”. Eso las llevará a legislar para arrinconar lo que considera un grave problema ambiental y sanitario.

Bioeconomía
Esa ‘guerra al plástico’ responde a su vez a una estrategia de bioeconomía que Bruselas está dispuesta a llevar adelante, con todas sus consecuencias. Para Aguilera, el debate que ya se ha iniciado “busca la reducción de los plásticos, pero sobre todo en cuanto a la generación de residuos.

Explica que en zonas como Almería el plástico forma parte de un modelo agrícola que se ha manifestado altamente eficiente, y da la voz de alerta  a los integrantes del sector para que se pongan manos a la obra y desarrollen en el menor plazo posible un sistema de gestión que debe incluir obligatoriamente la recogida, el reciclado y la reutilización de los plásticos.

Advierte que, de no hacerlo así, “el modelo puede estar en peligro porque entraría en colisión con las políticas agrícolas europeas, afectando a la comercialización y al respaldo de Bruselas a los productores u organizaciones almerienses. Pero no todo es amenaza, porque si la agricultura almeriense es capaz de adoptar ese modelo de reciclar y reutilizar el plástico “seguirá teniendo futuro y buenas perspectivas de crecimiento”.

Lo ecológico
En esa revolución hacia la economía circular y lo ecológico. Clara Aguilera señaló que Europa sólo produce el 55 por ciento de los productos ecológicos que consume; la apuesta de Bruselas es clara, impulsar la producción ecológica para cubrir ese 45 por ciento restante que ahora llega de otras latitudes.

Considera relevante el que, en el plazo de unos pocos años, Almería, Andalucía y el conjunto de Europa pueda producir más en ecológico porque, además, a países terceros que quieran llegar a un mercado con 500 millones de consumidores como es el europeo, “se les van a exigir exactamente las mismas normas, los mismos controles y los mismos estándares que a los productores europeos”.