Los retos de futuro del sector agroalimentario

Las claves de la jornada ‘Prospectivas para la agricultura de 2050’ organizada por Cajamar

Imagen de las jornadas organizadas por Cajamar para abordar la agricultura del futuro.
Imagen de las jornadas organizadas por Cajamar para abordar la agricultura del futuro. Agricultura 2000
Marco Rueda
18:47 • 26 abr. 2018

*Escucha la entrevista sobre las jornadas en SER Agricultor a Roberto García Torrente (Cajamar).









La agricultura almeriense experimentará en los próximos 30 años una transformación profunda de su modelo productivo y que tiene, principalmente, dos motivos principales: por un lado, la vinculación de esta actividad con el medio ambiente será fundamental para afrontar con garantías los retos que presenta el cambio climático; en segundo lugar, las tendencias de consumo de nuestros mercados de destino, en los que la salud y la seguridad alimentaria juegan cada día un papel más relevante en las decisiones de compra de los consumidores.



La jornada organizada en Madrid, en el centro cultural La Corrala de La Latina, a través de los programas de formación de Cajamar 'ADN Agro-Food' partía de una pregunta sugerente: ¿cómo será la agricultura en el año 2050? Para responder esta cuestión, se reunió a un grupo de expertos en distintos ámbitos relacionados con el sector agroalimentario: agronomía, medio ambiente, energía, comercialización, política agraria, biotecnología, etc.



Agronomía para el siglo XXI



El acto se dividió en tres sesiones. La sesión inicial, moderada por el profesor de la Universidad de Córdoba Julio Berbel, comenzó con la ponencia del que fuera presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y actual de la Real Academia de Ingeniería, Elías Fereres Castiel, que dio su visión sobre el papel que deben jugar los ingenieros agrónomos ante los retos de la agricultura moderna. El incremento de la producción de alimentos, que algunas instituciones pronostican en un 70% sobre la cifra mundial actual, debe realizarse en un contexto de escasez de recursos naturales y pérdida de fertilidad del suelo.



En este sentido, los agrónomos deben ayudar a solucionar la "brecha del rendimiento", es decir, mejorar la productividad agrícola; reducir las pérdidas postcosecha, el llamado "desperdicio alimentario"; diagnosticar y corregir problemas de sostenibilidad tales como la erosión del suelo o la falta de recursos hídricos; y evitar la volatilidad de los precios, aludiendo en un momento a la falta de concentración de la oferta: "no puede ser que sean cuatro personas las que deciden el precio del petróleo y que en España haya más de 300 almazaras de aceite".


La oportunidad de la bioeconomía
Almería es el escenario de algunos de los proyectos más interesantes a escala europea para desarrollar la bioeconomía del futuro; es decir, un nuevo modelo económico basado en el uso de energías limpias y biocombustibles impulsado desde la Unión Europea. Un modelo basado en la economía circular que, en el caso de España, tendrá su punto de desarrollo más fuerte en el sector agroalimentario.


Marta Tortajada, de la empresa Biópolis, habló de las oportunidades de negocio que presenta esta nueva industria en España, donde entiende que es necesario un impulso a esta iniciativa por parte de los distintos actores económicos y sociales: los legisladores, las empresas propietarias de las materias primas (en el caso de Almería, comercializadoras de frutas y hortalizas que no puedan vender todo su producto), las empresas que desarrollan la tecnología y las que obtienen los productos finales, como Biópolis, para su comercialización. 


La generación de nuevas "cadenas de valor" es otro de los elementos a desarrollar para el éxito de la industria bioeconómica en España, para lo que Marta Tortajada apuntaba a "la colaboración entre los distintos actores", subrayando las líneas de negocio en las que Biópolis trabaja en la actualidad: los ingredientes funcionales, los probióticos, la genómica o los bioprocesos industriales, todos ellos productos de alto valor añadido.


Semillas contra el cambio climático

El papel de la biotecnología es uno de los más importantes, y a menudo uno de los más desconocidos, a la hora de hacer frente a los retos de presente y futuro de la agricultura. El representante del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea Emilio Rodríguez ofreció su punto de vista sobre la regulación de esta industria en Europa que está llamada a jugar un rol esencial en la obtención de variedades vegetales que hagan frente a los problemas derivados del cambio climático y el incremento de la población mundial.


A pesar de la polémica acerca de los cultivos transgénicos, una tecnología que "ya no llegará al continente europeo", en los últimos años han aparecido una serie de técnicas, como la mutagénesis o la edición genómica, que hacen más sencillos y ágiles los procesos para obtener variedades resistentes a climas extremos o a la falta de agua. En este sentido, la regulación europea tiene visos de ser menos estricta que la aplicada a los cultivos transgénicos, facilitando el registro de variedades obtenidas mediante estas técnicas.


Adaptar la agricultura al cambio climático

El análisis del impacto futuro del cambio climático en la agricultura española fue el primer tema del segundo bloque de ponencias, moderado por David Uclés, director de estudios financieros de Cajamar. A pesar que el sentimiento actual a la hora de cuantificar los efectos futuros de este fenómeno es de "gran incertidumbre", la investigadora de la Universidad Politécnica de Madrid Inés Mínguez incidió en algunas claves registradas a través de  modelos de predicción y simulación climática. Estos análisis advierten sobre el incremento de las temperaturas en el área mediterránea, una probable mayor escasez de lluvias y una mayor presencia de fenómenos meteorológicos extremos.


Para paliar los efectos del cambio climático, Mínguez extendió responsabilidades al ámbito de la biotecnología, donde la obtención de variedades tolerantes al estrés por frío o sequía se antoja fundamental para adaptar los cultivos a este contexto futuro. Otros aspectos relacionados con el manejo agronómico, como la orientación de los sistemas agrícolas a esta nueva realidad, o la importancia de las tecnologías para monitorizar y controlar los cultivos, fueron también puestos sobre la mesa.


2050: agua desalada con energía renovable

El agua desalada ya es una realidad para combatir la sequía del sureste mediterráneo, uno de los factores que amenaza de forma severa la agricultura almeriense en la actualidad. Para el año 2050, este recurso crecerá ligado al uso de fuentes de energía renovables para la desalación del agua mediante la osmosis inversa. El investigador del CIEMAT y la Plataforma Solar de Almería, Diego César Alarcón, expuso cómo la innovación tecnológica ha abaratado el precio de la energía para obtener de forma rentable agua desalada, un recurso hasta ahora concebido como excesivamente caro y contaminante.


Para que el agua desalada con energías renovables sea rentable, su coste no debe superar los 30 céntimos por cada metro cúbico obtenido, el precio que contempla la legislación actual para el uso de agua desalada en la agricultura. Esto pasa, según explicó Diego César Alarcón, por "la reducción de los costes energéticos auxiliares y el impacto de los costes de amortización y la obtención de electricidad". Además, la integración de la energía renovable en la desalación, también utilizada como reguladora de la producción de energía, permitiría aumentar la capacidad de las plantas y su continuo funcionamiento.


Agricultura inteligente

Eduardo Fernández (Universidad de Sevilla), explicó cómo las nuevas tecnologías aplicadas para la automatización de los procesos productivos y el business intelligence van a ser fundamentales a la hora de elevar la eficiencia. En consecuencia, "el trabajo va a ser más tecnológico y ayudará a la toma de decisiones de los agricultores a la hora de gestionar su explotación".


Los nuevos consumidores

La tercera y última sesión, moderada por el catedrático Jose María García Alvárez-Coque, tuvo como primer protagonista a David del Pino, experto y consultor sobre nuevas tendencias en el negocio de frutas y hortalizas. Con su destreza habitual, desgranó una a una las claves que están orientando las demandas de los consumidores. La valoración del producto en función de la percepción del consumidor sobre su valor; es decir, el precio que está dispuesto a pagar por él, "el mercado se está orientando a productos de gama baja o de gama alta, y ese es el juego al que están jugando todos los retailers" apuntaba del Pino, que . Una lección para la comercialización almeriense, que debe intentar aproximar su oferta de productos a los alimentos premium o gourmet.


En la actualidad, existen tendencias de consumo que orientan las frutas y hortalizas a este nicho de mercado, como los conceptos de producto "natural", "local", de "conveniencia" y nuevos segmentos de mercado, la nueva religión: ecológico, comercio justo, preocupación por el medio ambiente, etc. Es cuestión de jugar al juego al que, por cierto, el gigante Amazon se ha sumado con fuerza.


Un futuro ¿sin? PAC

El experto en economía y politia agroalimentaria Tomás García Azcárate avanzó que "ya no tiene sentido hablar de política agraria, sino de una política alimentaria y una política territorial", en clara alusión a la apuesta de sector agroalimentario hacia la que se está orientando la Unión Europea. En este sentido, y sobre la base de la buena marcha del modelo agroalimentario actual, García Azcárate explicó que la nueva política europea priorizará "los productos de valor añadido, no que el continente sea capaz de suministrarse sus propios alimentos". En esta línea, la nueva legislación abordará los cambios que se están produciendo "hacia una agricultura de calidad, adaptada a los efectos provocados por el cambio climático, la transformación de los productos, la generación de valor a lo largo de la cadena alimentaria y destinada a evitar la despoblación del medio rural". Sirva a modo de conclusión la frase del propio experto:"cuando las cosas van bien es el momento de cambiar el modelo" hacia un nuevo sector.







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