El Parlamento andaluz ha aprobado una proposición no de ley a instancias del grupo parlamentario de Podemos para impulsar la transición energética en los invernaderos de Andalucía, una superficie agrícola de 36.234 hectáreas según los últimos datos del informe cartográfico de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía. La propuesta responde a la necesidad política de afrontar la lucha contra el cambio climático, en concreto aquellas que persiguen reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un sector estratégico como la agricultura.
El texto presentado por Podemos sugiere que las medidas que se deben en tomar comienzan por "establecer políticas de mitigación y aumentar la capacidad de sumidero de carbono" del sector. En segundo lugar, se plantea la implementación de "políticas de adaptación" para llevar a cabo, en última instancia, "políticas de transición energética que permitan superar un modelo basado en fuentes de energía contaminantes y sustituirlo progresivamente por otro sistema basado en las energías renovables y en la mejora de la eficiencia energética".
En este contexto, el invernadero, señala el documento, "reúne todas las condiciones para liderar la transición energética que necesita nuestra tierra", implementando un nuevo modelo económico "que frene el cambio climático al tiempo que se aumente la productividad y se mejore la rentabilidad de los productos en los mercados mundiales".
Para ello, el grupo parlamentario se apoya en el estudio “Policy and Environmental Implications of Photovoltaic Systems in Farming in Southeast Spain: Can Greenhouses Reduce the Greenhouse Effect?”, que estima que usar esta tecnología para el consumo energético de los invernaderos produciría una mayor rentabilidad en las explotaciones, que puede ir desde el 0,88% en el peor de los escenarios hasta el 52,78% en el caso más favorable.
Igualmente, el mencionado estudio señala que la aplicación de esta tecnología tendría efectos muy beneficiosos en la economía andaluza, pues aumentaría la creación de empleo y la contribución al PIB, lo que permitiría una mayor rentabilidad de las actividades agroalimentarias en toda la región. También analiza dicho estudio el efecto beneficioso que tendría la implementación de esta tecnología en el cumplimiento de los objetivos de gases de efecto invernadero (GEI) del estado español: los sistemas fotovoltaicos montados en invernaderos podrían incrementar en un 38% las posibilidades de cumplir el objetivo de 2030. Además, permitiría casi alcanzar el compromiso oficial del 20% de energías renovables para 2020.
La propuesta, que se apoya en la hoja de ruta marcada por la Unión Europea para llevar a cabo la transición hacia un modelo basado en la economía circular, incluye las siguientes medidas:
1.1 Impulsar políticas públicas para la producción agrícola en invernaderos que estimulen la transición energética del sector, lo adapten al contexto global de cambio climático y aumenten su valor añadido.
1.2. Establecer programas autonómicos de prestación de asistencia y asesoramiento técnico gratuitos, así como realizar campañas de información, con el objetivo de animar a los agricultores y las agricultoras a mejorar la eficiencia energética de sus invernaderos, que conlleva un impacto socioeconómico y medioambiental positivo.
1.3. Crear un sistema de información público, abierto y transparente de intercambio de experiencias en relación con la producción y el consumo de energías renovables en invernaderos, con el fin de compartir datos que faciliten la toma de decisiones de los agricultores y las agricultoras sobre las mejoras energéticas necesarias en sus explotaciones agrícolas, invitando a las organizaciones agrarias andaluzas a participar activamente, como intermediarios con el sector, en dicha plataforma.
1.4. Reforzar las líneas de apoyo económico de la Junta de Andalucía que tienen por objeto fomentar la modernización de las infraestructuras en el sector de producción agrícola bajo invernadero, de manera que se impulsen especialmente el uso de sistemas de producción energética de origen solar fotovoltaica que hagan de los invernaderos, al menos, instalaciones de consumo de energía casi nulo.
1.5. Potenciar la investigación, la innovación y el desarrollo de tecnologías para la producción de energía solar fotovoltaica sobre las cubiertas de los invernaderos y en las infraestructuras relacionadas con los mismos, al objeto de conseguir una mayor optimización y eficiencia de los sistemas de producción de energía en este ámbito.
1.6. Crear la etiqueta de “producto agrícola bajo en huella de carbono en el proceso de producción”, que podrán lucir los productos provenientes de los invernaderos cuya electricidad se produzca in situ mediante placas fotovoltaicas u otras formas de obtención de energías renovables, tales como las de origen eólico.
1.7. Apoyar, a través de la Agencia Andaluza de la Energía, la comercialización de la energía procedente de fuentes renovables producida en las instalaciones de invernaderos de pequeños y medianos productores y productoras.
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