El final de la campaña agrícola significa el punto crítico de la gestión de los residuos que se acumulan dentro del invernadero. Europa mira con lupa el uso que desde las industrias de producción alimentaria hacen de los deshechos vegetales, plásticos y otros tipos de residuos. La región de Andalucía es un ejemplo en el uso circular de estos restos, pero también es cierto que cada año se producen episodios de tensión, marcados en su mayoría por la incapacidad para valorizar lo restos, lo que provoca la saturación de las plantas de reciclaje.
La responsabilidad del productor juega un papel esencial a la hora de reducir los problemas derivados de una mala gestión de los restos del invernadero. En este sentido, la delegación de Agricultura de la Junta en Almería ha dado a la revista de Coexphal 'Almería en verde' tres claves que los agricultores deben implementar en sus propias explotaciones:
1) Minimizar la producción de los residuos por parte de los productores, a través del autocompostaje, utilizando materias biodegradables (rafias), separando los residuos en origen o eliminando el contenido de impropios
de los materiales plásticos en origen.
2) Separar y almacenar los residuos correctamente, no mezclar los plásticos con otros residuos, no mezclar los residuos plásticos de distinto uso y origen y minimizar el tiempo de almacenamiento en la explotación agrícola.
3) Realizar el compostaje con la mínima cantidad de impropios posibles para evitar el rechazo.
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