Coag acusa a Marruecos y chantejear a la UE en sus negociaciones

El Parlamento Europeo abrió ayer sus puertas a los representantes de los agricultores europeos. Se trataba de analizar la actualidad del conflicto saharaui y sus repercusiones en el intercambio comercial.

Allí acudió, como responsable del sector de frutas y hortalizas a nivel nacional Andrés Góngora, secretario general de la organización agraria Coag en Almería. Y su voz sirvió para trasladar la demanda de los agricultores españoles de que se aplique de forma inmediata la sentencia de diciembre de 2015 del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que anulaba el acuerdo de libre comercio agrícola entre la UE y Marruecos al incluir de forma ilegal los productos del Sahara Occidental.

Chantaje
Pero para Góngora el problema va más allá de la aplicación de esa sentencia, emitida en septiembre de 2015 y que sigue sin ser aplicada porque “Bruselas está rendida a las demandas de Marruecos”.

El representante de los agricultores españoles en esa Conferencia Europea, explica esa falta de acción responde al perfil negociador que utilizan los representantes del Gobierno alauita, a juicio de Andrés Góngora “basado en el chantaje como estrategia”.

Un chantaje que ejerce “utilizando como argumentos cuestiones como la amenaza terrorista, el control de la inmigración entre África y Europa o el del tráfico de drogas”. A cambio de mantener el control en esas cuestiones, se buscan contrapartidas sobre todo en materia del comercio agrícola.

Perjuicios
Para el responsable de la organización agraria española, esas contrapartidas que Europa concede a cambio de tranquilidad suponen a su vez una amenaza “porque ponen en riesgo el futuro de los agricultores comunitarios, y particularmente el de los almerienses, que es evidente que volvemos a ser moneda de cambio”.

Coag considera que se está vulnerando la legalidad y las obligaciones internacionales y sostiene que el Reino de Marruecos “está realizando un uso o apropiación indebida de productos agrarios del territorio saharaui, administrando de facto ese territorio para sus propios intereses, cuando la ONU no reconoce su soberanía sobre los territorios del Sahara Occidental”.

Destaca además que no se están cumpliendo las normas de la política exterior comunitaria, que debe velar por que se produzcan avances en materia de medio ambiente, de derechos laborales o en el desarrollo económico y social de la población local, hechos que no son respetados en el caso de Marruecos.