Convertir las frutas y hortalizas en productos para el “lujo masivo”

¿Qué es lo que hace que un consumidor pague un precio más alto por un mismo producto, veías un coche, un apartamento o un tomate? Aunque pueda parecer baladí, este tipo de preguntas son objeto de análisis para entender cómo cambian las preferencias de consumo de las personas. “La tendencia hacia el consumo masivo de productos que se perciben como lujosos fue algo que adelantó Mercedes en el sector del automóvil y que ya está arraigado en la compra de alimentos”, explica David Del Pino, consultor de fama internacional en este negocio y que ofreció ayer una masterclass en el Teatro Cervantes de Almería, en un encuentro que también contó con el consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía, Rodrigo Sánchez Haro.

Tendencias
La entidad financiera Unicaja Banco fue la encargada de organizar una jornada que tenía como objetivo, de acuerdo con el director territorial en Andalucía Orienta, Miguel Ángel Fernández Muñoz, “mostrar el apoyo que Unicaja ofrece al sector hortofrutícola y dar una visión desde las instituciones y los mercados a través de los dos ponentes del evento”. El eje central de la jornada fue la intervención de este ‘gurú’ de las frutas y hortalizas en España que antes ejerció como director de una cooperativa granadina.

Ante un nutrido grupo de directivos y representantes del sector hortofrutícola, Del Pino expuso algunos elementos que pueden convertir las frutas y hortalizas en “productos de lujo masivo”: el producto sano o ecológico, el comercio justo o la responsabilidad social y ambiental del productor están creando nuevos grupos de consumidores dispuestos a pagar precios altos por los alimentos.

Suministro
El consultor también habló de “islas de eficiencia” para ilustrar las relaciones entre productores y distribuidores de frutas y hortalizas. “Somos expertos en lo nuestro -venta al por mayor-, pero en muchos casos no conectamos bien con nuestros socios”. 

Esta falta de entendimiento es un lastre para las empresas almerienses, débiles frente a la fortaleza de las grandes superficies de distribución y las multinacionales biotecnológicas de semillas.

El propio Del Pino reconoció que “nuestra consultora está implementando sistemas de calidad ‘justo a tiempo’ en empresas para solventar estos déficits”. 

Innovación
Identificar las formas en las que un producto adquiere un valor ‘extra’ no es fácil, pero a todas se llega a través de la innovación. En este sentido, el consejero Sánchez Haro repasó las formas en las que su administración la está incentivando.

El titular de Agricultura detalló las actuaciones en ámbitos como la modernización de infraestructuras, para la que se destinaron siete millones de euros en la última convocatoria, o en la creación de grupos operativos para la innovación, para la que se abrirá una línea próximamente de 16 millones de euros. Además, Sánchez Haro se mostró preocupado por “el vacío legal a nivel estatal” en la gestión del plástico del campo. “Desde la Consejería estamos trabajando en buscar soluciones, manteniendo reuniones con el sector y generando oportunidades de negocio”, cerró el consejero.