Almería compra hortalizas fuera para atender a sus clientes en verano

La gran mayoría de los invernaderos permanecen cerrados e inactivos durante los meses centrales del verano, la actividad en el sector hortofrutícola se ralentiza, pero la demanda de producto sigue llegando y las empresas desarrollan estrategias para atenderlas.

Unas estrategias que van desde la adquisición de las hortalizas en otras zonas españolas o europeas que en estos meses si tienen producciones importantes, a la alternativa de cultivar en zonas de interior de la provincia o de provincias cercanas en las que se mantienen los cultivos veraniegos.

Mercado nacional
Para las empresas no se trata tanto de buscar una rentabilidad que en cualquier caso es dudosa, como de prestar un servicio a los clientes a los que se suministra durante todo el año, una especie de compromiso de fidelidad.

Buena parte de ese esfuerzo se dedica a atender la demanda de los mercados nacionales, puesto que los internacionales cuentan en estas fechas con producciones de numerosos países del centro e incluso del norte del continente que tienen en la época estival sus picos anuales de producción, a precios competitivos al no tener que utilizar sistemas de calefacción para los cultivos.

Compras
Para empresas comercializadoras, como es el caso de Hortisol, esa demanda les obliga a buscar fuera lo que no pueden obtener de los cultivos de la provincia. Su política de compras en estas fechas incluye la importación de hortalizas, sobre todo de tomates, procedentes de países como Holanda o Polonia.

Los clientes son básicamente las cadenas de supermercados o distribuidoras a las que atienden durante los doce meses del año y que prefieren contar con la seguridad de su proveedor habitual para cubrir la demanda.

Estas empresas señalan que fundamentalmente trabajan con variedades como el tomate rama o, sobre todo, el larga vida, que presentan buenos niveles de calidad y que mantienen sus propiedades adecuadamente, aunque no tengan la gama de sabores y texturas que puede presentar el producto almeriense.

Esta fórmula supone un esfuerzo añadido tanto desde el punto de vista de la logística, al tener que adquirir hortalizas a miles de kilómetros de Almería, como en materia de precios de venta, ya que el coste del transporte es elevado y hay que repercutirlo en la venta a los clientes.

Cultivo interior 
Varios de los grandes grupos comercializadores de la provincia optan por el producto local y para ello utilizan varias fórmulas, la más habitual contar con producciones realizadas en zonas del interior de la provincia o en otras de provincias próximas, fundamentalmente Granada o Murcia, desde las que se abastecen para atender compromisos.

Única Group mantiene su labor comercial durante todo el verano, aunque sólo en tres de las diez cooperativas que integran el grupo, “pero lo hacemos estrictamente con productos nuestros que se cultivan en fincas, la mayoría de ellas de nuestros propios socios, que se ubican en zonas como Gérgal, Guadix, Abrucena o en áreas de la Alpujarra granadina y almeriense”, explica el presidente, José Martínez Portero.

Ecológico
La mayor parte del negocio veraniego se centra en el mercado nacional, como los demás para no desatender a los clientes habituales. Pero no ocurre así con los productos ecológicos, de los que el 99 por ciento sigue teniendo como destino Europa, y “únicamente el 1% restante se queda en el español”.

Vicasol sigue una fórmula similar, con productos de socios que explotan fincas en zonas del interior o con los que proporciona una finca de 20 hectáreas de la propia cooperativa en Darro.

CASI, sin embargo, descansa en verano y se dedica a planificar la próxima campaña, aunque mantiene abierto su centro en San Isidro para la producción de verano, según explica su presidente, Miguel Vargas.