Biotecnología e ideología, frente a frente

Ciencia, filosofía, política y retos agroalimentarios sobre la mesa de debate

Profesionales que intervendrán en el debate.
Profesionales que intervendrán en el debate. La Voz
Jacinto Castillo
09:53 • 26 jun. 2019 / actualizado a las 09:57 • 26 jun. 2019

Agroateneo alcanza este jueves 27 de junio su penúltima cita abordando una cuestión esencial que afecta a toda la sociedad. Una cuestión que presenta en el ámbito agrícola aspectos especialmente relevantes.



Bajo el título “Biotecnología versus ideología”, el programa anual de debates mensuales que patrocina la Asociación de Obtentores Vegetales de españa (ANOVE) propone una reflexión sobre las discrepancias y desencuentros entre los últimos avances en biotecnología y algunas posturas sociológicas, políticas o filosóficas que plantean someter a la ciencia límites éticos, socioambientales y filosóficos. Este jueves a partir de las diez y media de la mañana, el Aula de Transferencia del Centro Universitario Analítico Municipal de Almería será de este coloquio de fondo con el que Agroateneo cumple su undécima entrega de esta su primera temporada. 



Intervienen en el debate Diego Luis Valera, vicerrector de Investigación, Desarrollo e Innovación de la Universidad de Almería;  Juan Capel Salinas, profesor titular de Genética de la Universidad de Almería; Miguel Ángel Domene, responsable del Área de Alimentación y Salud en Estación Experimental Cajamar y Francisco Petit, director técnico de ANOVE. 



El programa de debates está organizado por La Voz de Almería, Agricultura 2000 y Cadena SER Provincia de Almería. Además del patrocinio de ANOVE, también con la colaboración del propio CUAM, donde se celebra este debate y de Tecnova.



Debate social



La idea de contraponer la Biotecnología frente a cuestiones ideológicas supone, en buena medida, abordar un debate social con múltiples facetas que puede encontrarse en las redes sociales y en el Parlamento Europeo; en la divulgación científica y en los planteamientos de movimientos sociales de las últimas décadas.



Junto con otras materias nacidas en las últimas décadas, la Biotecnología ha  generado nuevos paradigmas e innovaciones sorprendentes para amplios sectores sociales que  han despertado inquietudes encontradas.




El temor -argumentado o no- a que estos avances pudieran ocasionar consecuencias negativas en la salud y el entorno natural, o que concedieran una excesiva hegemonía política y económica a las empresas  que explotan estas innovaciones, ocupan la mayor parte de las reticencias. A estas discrepancias se suman, en algunos casos, otras que trascienden a la ciencia y desembocan en la filosofía. ¿Hasta que punto puede l Humanidad modificar la  Naturaleza? 


Europa

Aún así, la mayor parte de los frentes de debate en Europa están más cerca de cuestiones tangibles. Un caso destacable en este sentido proviene del mundo de la mejora vegetal. Europa decidió “protegerse” de los transgénicos hace ya años desarrollando una insalvable  normativa que supone su prohibición en la práctica.


Más recientemente, el Tribunal Europeo de Justicia se manifestó en favor de la equiparación de la edición genética a la transgenesis, con lo cual esta prometedora tecnología quedó, de momento, fuera del alcance de las empresas biotecnológicas europeas. Por la incidencia directa entre los obtentores de nuevas variedades, que tenían sus miras puestas en dicha opción tecnológica. Precisamente, esta técnica fue objeto ya de manera específica de la segunda entrega de Agroateneo en Septiembre del pasado año. En aquella ocasión se sometió a debate si la decisión del Tribunal europeo sobre la edición genética, plasmada a través de la tecnología CRISPR, podría suponer un freno al modelo agroalimentario europeo. Y, por supuesto, al almeriense.


Ahora se trata de proponer una reflexión compartida sobre temas de esta índole cuando muchas miradas se dirigen a la producción agrícola en clave de desafío, tanto por las expectativas demográficas como por las amenazas del cambio climático. 


La lista de preguntas a tenor de esta cuestión  es densa y extensa: ¿Dónde será necesario situar el límite de los avances biotecnológicos, si está claro que necesitaremos producir más con menos recursos? ¿Quién tiene la clave, el científico o el filósofo?  ¿Quién o quienes deben tener la última palabra?



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