Concluido este fatídico 2020, UPA Andalucía ha presentado hoy en su sede en Sevilla el Balance Agrario correspondiente al año que dejamos atrás, un año que difícilmente podremos olvidar. Las secuelas que deja tras de sí para la agricultura y la ganadería en Andalucía han sido gravemente perjudiciales. Así, además de ser sacudido por la ya consabida peor pandemia del último siglo, este pasado año ha seguido estando marcado también por la falta de precios justos en la mayor parte de los sectores y por el efecto de las barreras comerciales, causando graves desequilibrios en la cadena alimentaria.
En lo que a Renta Agraria se refiere, la Consejería de Agricultura publicó el pasado mes de noviembre un avance del presente año 2020. Según el documento, la renta del sector ha alcanzado los 8.845 millones de euros en 2020, lo que supone un descenso del 1,8 % con respecto a 2019, afianzando de esta forma su senda de bajada por segundo año consecutivo. UPA Andalucía considera que este avance recoge la realidad del sector agrario, y el contexto real en el que nos encontramos. Y sigue dándose, por tanto, una falta de equilibrio entre los cuatro factores que componen la renta agraria: volumen de las producciones, precios de venta, costes de producción y ayudas, y es aquí donde se observan las desproporciones y su impacto negativo sobre los pequeños y medianos productores.
El desafío más urgente al que hemos tenido que hacer frente en este año en nuestra comunidad ha sido la pandemia por la COVID-19, que no solo está suponiendo una prueba de fuego para nuestro debilitado sector agrario, sino también para todo nuestro sistema social, político y económico.
Esta situación sin precedentes que afronta el mundo por el coronavirus, está demostrando el trascendental papel de los agricultores y ganaderos en la sociedad, los cuales han seguido al pie del cañón durante esta crisis, abasteciendo de alimentos a la población con total normalidad, y demostrando la soberanía alimentaria de la que goza España.
Asimismo, el sector productor se perpetúa trágicamente un año más como el eslabón más débil de la cadena, con graves problemas para obtener rentabilidad por sus producciones, pues el precio que agricultores y ganaderos reciben por ellas siguen anclados a día de hoy en umbrales por debajo de costes de producción.
Desde UPA Andalucía tenemos la convicción de que una rigurosa aplicación de la recientemente reformada Ley de la Cadena Alimentaria, podría venir a solventar buena parte de los problemas de precios que padece el sector primario. La ley, aunque presenta aún algunas deficiencias, servirá de gran ayuda al sector siempre y cuando los operadores respeten de forma estricta el marco legal y las administraciones públicas velen por su cumplimiento sancionando de forma ejemplarizante a los operadores que no lo hacen. De esta forma evitaríamos a buen seguro los abusos a lo largo de la cadena.
A los problemas mencionados, se unen las complicaciones que plantean las barreras comerciales que están han afectado y continúan afectando a nuestro agro perturbando los mercados agrarios, generando gran incertidumbre.
Estos son, por un lado, los aranceles de EEUU sobre productos como el aceite de oliva, la aceituna de mesa y el vino, aunque se espera que próximamente haya una renegociación de los mismos gracias a la reciente elección de Joe Biden como presidente de Estados Unidos. El Veto Ruso es otro conflicto que se prolongará hasta finales de 2021.
Por otro lado, el pasado jueves 24 de diciembre se pudo llegar por fin a un acuerdo en el Brexit, por el cual, el sector agrario es uno de los sectores que salen mejor parados ya que se ahorrará 198 millones de euros en derechos arancelarios. Se alcanza por tanto de un acuerdo de libre comercio sin aranceles y sin límites en la cantidad de productos a intercambiar. Sin embargo, existirá una mayor burocracia, por lo que las empresas deberán estar preparadas.
Otra dificultad de mercado que sufre el sector agrario son las importaciones de productos de terceros países, con unos acuerdos de libre comercio que acaban siendo una competencia tremendamente desleal con nuestras producciones de hortícolas, frutales, cítricos, o almendra fundamentalmente. Para resolver esto último, es necesaria la aplicación por parte de la UE de los Principios de Preferencia y de Reciprocidad.
Fruto de todas estas dificultades con las que convive a diario el sector agrario, los agricultores y ganaderos protagonizaron en el primer trimestre de 2020 -hasta que fueron interrumpidas por la pandemia- lo que ha sido probablemente el mayor proceso de movilizaciones agrarias de la historia de España. El sector productor unido se declaró “al límite” y desarrolló, a lo largo de toda nuestra geografía, numerosas acciones reclamando una intervención política y normativa para lograr respeto, dignidad y precios justos para los productos agroalimentarios.
La meteorología también ha afectado manera determinante a la agricultura y ganadería a lo largo de 2020. A excepción de las leves y ansiadas precipitaciones acontecidas en estos últimos días, hemos sufrido una severa sequía y olas de calor, acompañadas de importantes granizos, además de una borrasca, Gloria, que dejó cuantiosos daños a principios de año en la zona del levante andaluz. Si algo tiene claro UPA Andalucía es que “los fenómenos meteorológicos adversos que venimos padeciendo ya no son coyunturales, sino efectos directos del cambio climático, cuestión que deberían de tener en cuenta las administraciones públicas para implementar cambios legislativos y medidas que prevengan y palien los efectos climatológicos de forma urgente”.
UPA Andalucía ha hecho también mención en su balance al Ejecutivo andaluz, y en particular a la Consejería de Agricultura, urgiéndoles a poner sobre la mesa los muchos asuntos que el sector agro-ganadero andaluz tiene pendientes para buscar soluciones. Existen a día de hoy muchos compromisos adquiridos con agricultores y ganaderos, los cuales han de ponerse en marcha y dotarlos de presupuesto necesario para ser cumplidos.
En lo relativo a la Política Agraria Común (PAC) de cara al periodo 2021-27, la organización agraria ha incidido en la necesidad de una reforma con un presupuesto fuerte y que defienda a los pequeños y medianos agricultores y ganaderos que sustentan y vertebran el medio rural. Es esencial que se haga un reparto más justo y más social de las ayudas, donde se confiera mayor protagonismo y facilidades a la incorporación de los jóvenes a la actividad agraria y a la titularidad y reconocimiento de derechos de las mujeres que trabajan en las explotaciones. También debemos luchar por la introducción de techos en las ayudas, y de pagos decrecientes y redistributivos para contribuir a esa justicia.
Finalmente, desde UPA Andalucía agradecen el esfuerzo por el incremento del presupuesto destinado a subvencionar los Seguros Agrarios tanto a nivel nacional (19%), como del presupuesto andaluz (12%). Sin embargo, el reto que supone el cambio climático, y que trae aparejado una mayor siniestralidad, hace que desde UPA apostemos por trabajar en adaptar el seguro a la realidad del sector, ya que solo así lograremos que sea una herramienta eficaz para responder a las necesidades de agricultores y ganaderos.
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