El campo almeriense no aguanta más

El domingo madrileño amanece temprano con una tonalidad anaranjada, y no es por la calima proveniente de África que asoló la capital hace unos días tras pasar por diferentes zonas de España, entre ellas, Almería. Tampoco se ven por el Paseo de la Castellana los coches de las familias que huyen cada fin de semana del ajetreo de la urbe en busca de naturaleza y aire puro. 

La ciudad duerme y el campo se despierta. Así lo ha hecho un centenar de personas de Huércal-Overa que, alrededor de las 4:50 a.m., tomaban la carretera y comenzaban su periplo de casi 500 kilómetros en autobús hasta llegar a la capital española con el fin de reclamar medidas urgentes en favor de lo rural. 

Así, la Junta Central de Usuarios de Aguas del Valle del Almanzora, encabezada por su presidente, Fernando Rubio, comenzó un viaje de cinco horas hasta Madrid para incorporarse a la marcha del 20 de marzo bajo el lema ‘El mundo rural despierta’. 

Sin agua no hay alimentos

Con pancartas de “sin agua no hay alimentos”, se han unido a otros agricultores, ganaderos, regantes y cazadores almerienses que también han querido reivindicar acciones de apoyo al campo, que ha llegado a una “situación que no se puede aguantar más”. “Los precios del gasoil son inabordables para nosotros, al igual que los precios de la electricidad, y no digamos nada de los abonos, que han subido un 300%”, ha recalcado a La VOZ Fernando Rubio. 

Además, la zona del Almanzora se encuentra en peligro por la sequía que, aunque sea habitual en la zona, aumenta el riesgo de perder la campaña de producción agrícola de primavera. Estos son algunos de los motivos que han llevado a los almerienses, entre los que se estima que había unos 3000, a manifestarse en un recorrido que ha atravesado el centro de Madrid, desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación hasta el de Transición Ecológica y Reto Demográfico. 

La protesta, organizada por la plataforma ’20Mrural’, ha agrupado a diferentes organizaciones agrarias como COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos), UPA (Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos) o Asaja (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores), entre otros. Según las estimaciones de este último, han sido más de 800.000 personas las que han colapsado la capital con tractores, carteles, caballos y hasta bandas de música. 

En la manifestación no ha faltado la presencia de políticos influyentes de diferentes partidos políticos. Entre los almerienses se encontraban la coordinadora del PP de Almería, Carmen Crespo; el diputado nacional Juan José Matarí; o la secretaria de Agricultura, Aránzazu Martín. Todos ellos han acompañado a la coordinadora general del PP, Cuca Gamarra, y al presidente del Comité Organizador del Congreso (COC) nacional del PP, Esteban González Pons.  

El sector primario, el gran olvidado

Andrés lleva toda su vida dedicado al sector primario y, aunque es malagueño, conoce perfectamente la provincia de Almería: “Yo he estado muchísimo por allí, por Cabo de Gata. También en Macael, en el sitio del mármol”. Al preguntarle si conocía la empresa Cosentino, exclamó que sí: “Es que yo trabajé allí llevándolo a Francia, ¿sabes?”. 

Con un chaleco reflectante naranja y una bandera que agrupa a las organizaciones Asaja, UPA y COAG, Andrés cuenta para La VOZ la sensación que tienen la gran mayoría de las personas pertenecientes al sector primario: “En el confinamiento éramos necesarios y el país funcionaba gracias a nosotros que, además, nos jugábamos la vida sin mascarilla -porque no había- y no existía tanta información sobre el coronavirus”.

Sobe esto, uno de los lemas de la manifestación ha sido “En la pandemia aplaudí a los sanitarios, el #20MRural apoyaré al campo”. De esta forma, han marchado personas de todas las provincias hasta las 15:00 aproximadamente, hora en la que los 1.500 autobuses provenientes de todos los rincones de España han vuelto a sus ciudades y pueblos de origen esperando que sus reclamos hayan sido escuchados por parte del Gobierno. Mientras tanto, el campo debe continuar.