La Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (AEPLA) ha celebrado hoy su Asamblea General en Madrid. Después de dos años, la vuelta a la presencialidad ha coincidido con la reelección de Manuel Melgarejo, Country Leader España y Portugal en Corteva como presidente de la Asociación hasta 2024. ‘Agradezco la confianza y apoyo que los miembros de AEPLA vuelven a brindarme, especialmente por las dificultades a las que venimos haciendo frente en los últimos años’ señaló durante su intervención.
‘Estamos llegando a un momento de cambios de mucha profundidad, con el doloroso contexto de la crisis en Ucrania se está reflexionando a nivel europeo, sobre las estrategias en materia de energía, defensa y dependencia alimentaria. Por esa razón, AEPLA revisará su agenda estratégica para adaptarla a los nuevos retos y seguir dando respuesta a los objetivos de seguridad alimentaria y sostenibilidad. Debemos estar, participar y comunicar nuestro mensaje’ añadió Melgarejo.
Farm to Fork y Biodiversidad
Inevitablemente, el foco del debate volvió a centrarse en el desarrollo de las Estrategias comunitarias Farm to Fork y Biodiversidad que han marcado y seguirán haciéndolo la agenda del sector en los últimos años. Y es que los objetivos de reducción planteados de reducir un 50% el uso y riesgo de productos fitosanitarios y exigir que un 25% de la agricultura sea ecológica en el horizonte de tiempo planteado, resultan cuando menos irreales, si al mismo tiempo se quiere mantener la productividad y competitividad agrícola europea. La innovación agrícola y la sanidad vegetal no pueden ser consideradas nunca como un problema, sino más bien como una parte fundamental de la solución para garantizar la satisfacción de las necesidades de alimentos de la población con un consumo de recursos mucho más eficiente y sostenible.
En palabras de Carlos Palomar, director general de AEPLA ‘Estas propuestas afectan directamente a la disponibilidad por parte de los agricultores de herramientas de sanidad vegetal fundamentales para la producción y el mantenimiento de sus cultivos y por supuesto, afectan a nuestra capacidad, la del sector de la sanidad vegetal, para poner soluciones a disposición de los productores cuando surja la necesidad, y todo esto en un contexto complejo, agravado por la reciente crisis de seguridad alimentaria que podría afectar a toda Europa en los próximos meses. Ya en marzo de 2020, se evidenció el valor estratégico y esencial de nuestra agricultura, en el contexto de la crisis sanitaria, ahora una nueva crisis europea de consecuencias inciertas debería llevarnos a recapacitar algunos objetivos, postponerlos cuando sea oportuno y replantearlos cuando las circunstancias y la seguridad alimentaria así lo aconsejen’.
Sostenibilidad y Seguridad Alimentaria protagonizaron el debate. ‘Ambas pueden y deben coexistir, y alcanzar este objetivo pasa inevitablemente por la innovación. El nuestro es un sector que invierte e investiga para desarrollar soluciones integradas para los agricultores. Solo pedimos el tiempo y el marco normativo que favorezca llevarlo a cabo’ afirmaba Olivier de Matos, director general de CropLife Europe, que nos acompañó durante la sesión de hoy, que informó sobre la estrategia y prioridades de la Asociación europea para los próximos años.
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