El aguado es una de las enfermedades que puede llegar a ocasionar graves daños en el cultivo de los cítricos. Como publica la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía (RAIF), está ocasionada por hongos del género Phytophthora que afectan a naranjas dulces y mandarinas. Los síntomas se caracterizan por la aparición de pudriciones blandas de color marrón, que van avanzando progresivamente hasta afectar por completo todo el fruto. Mucha de la fruta con síntomas de aguado en campo suele caer al suelo. Cuando los frutos se recolectan con infecciones todavía recientes, las pudriciones suelen desarrollarse posteriormente en el almacén.
Su incidencia está ligada a factores meteorológicos. Frecuentes precipitaciones junto a temperaturas templadas favorecen su inicio y desarrollo, condiciones que suelen darse en otoño y primavera, aunque también en inviernos suaves. La RAIF recomienda prestar especial atención, por tanto, a las precipitaciones de los últimos días y previstas, sobre todo donde la actividad de la mosca de la fruta está siendo moderada-alta, ya que la picada de esta plaga es una vía de penetración de hongos que producen pudriciones.
El estado de madurez es un factor a tener en cuenta, siendo los frutos más susceptibles aquellos en envero y maduración, especialmente los situados en las faldas de los árboles, más cercanos al suelo donde los hongos causantes del aguado viven de forma saprofítica y donde llegan más fácilmente las salpicaduras de lluvia o de barro con los propágulos infectivos de Phytophthora spp. Por todo ello, es importante tener en cuenta en esta época del año tanto la meteorología registrada como la previsión de lluvias de cara a tomar las medidas oportunas.
Medidas de prevención
Para minimizar el uso de los medios químicos, hay que considerar las medidas de prevención y/o culturales, siendo complementarias al control químico. Si estas no se hubieran tomado a tiempo, se recomienda llevarlas a cabo dentro de las 48 horas siguientes al cese de las lluvias, entre ellas:
-Evitar los encharcamientos en las parcelas.
-Las medidas culturales deben procurar que las salpicaduras de lluvia que diseminan los propágulos infectivos de Phytophthora no alcancen a los frutos de las zonas bajas de la copa.
-Para aumentar la distancia entre los frutos y el suelo de la parcela se recomienda podar las faldas de los árboles o elevar las ramas inferiores mediante tutores.
-El mantenimiento de una cubierta vegetal (e.j. Oxalis spp.) durante los meses de otoño reduce el impacto de la lluvia en la superficie del suelo, disminuyendo notablemente la formación de salpicaduras y la diseminación de Phytophthora.
Si se procede a intervención química, los fungicidas de contacto son efectivos frente al aguado, pero las aplicaciones deben realizarse de forma preventiva con antelación al inicio de los períodos de lluvias en otoño.
Los fungicidas sistémicos tienen acción tanto preventiva como curativa, por lo que son efectivos también sobre infecciones recientes todavía asintomáticas. Se podrán utilizar, en el caso de que existan, los productos fitosanitarios autorizados para este uso en el Registro de Productos Fitosanitarios del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
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