Beneficios en la aplicación foliar del flavonoide rutina en tomate

 El fruto del tomate (Solanum lycopersicum L. familia Solanaceae) destaca por su valor nutritivo y actividad antioxidante. Su consumo se ha asociado con una reducción del riesgo de procesos inflamatorios, cáncer y enfermedades crónicas no transmisibles, incluidas las enfermedades cardiovasculares como la enfermedad coronaria, la hipertensión, la diabetes y la obesidad.

Estos beneficios se deben a la presencia de varios compuestos bioactivos en el fruto del tomate, incluidos los carotenoides (principalmente, licopeno y β-caroteno), ácido ascórbico (vitamina C), tocoferoles (vitamina E) y compuestos polifenólicos (fenoles, flavonoides y ácidos fenólicos). Por tanto, el tomate se identifica como un alimento funcional y nutracéutico.

En los últimos años ha incrementado el desarrollo de investigaciones que asocian una máxima producción de frutos de la planta con el máximo rendimiento de las sustancias bioactivas en tomate, lo que redunda en beneficios para la salud humana. La elicitación ha sido considerada como una herramienta tecnológica ampliamente probada que ofrece varios enfoques para aumentar la tolerancia al estrés y la calidad nutracéutica del cultivo, y eventualmente, aumentaría el número total de frutos y la eficiencia en su producción.

Los elicitores o bioestimulantes

Los elicitores o bioestimulantes se pueden definir como sustancias que inician o aumentan la biosíntesis de metabolitos secundarios en las plantas relacionados con su defensa y valor medicinal o nutracéutico.

Además de eso, también tienen la capacidad de modificar beneficiosamente el crecimiento de las plantas mediante la estimulación de diferentes procesos fisiológicos.

La rutina

En este contexto, la rutina (*) es un compuesto perteneciente a la familia de los flavonoides que se encuentra ampliamente distribuido en las plantas, tiene propiedades antioxidantes y se considera una molécula señal que es responsable de inducir respuestas de defensa contra el estrés biótico y abiótico.

La rutina también tiene un papel regulador en varios procesos fisiológicos de las plantas, como la fotosíntesis, la transferencia de energía, la protección UV, la actividad antibacteriana, el crecimiento y el desarrollo.

Además, puede actuar como un elicitor del metabolismo secundario de la planta al alterar la expresión génica de enzimas clave en la vía de los fenilpropanoides, como la fenilalanina amonio liasa (PAL) y la chalcona sintasa (CHS), aumentando así la actividad de estas enzimas que participan en la síntesis de compuestos fenólicos.

Efectos de la rutina aplicada en hojas

La aplicación foliar de rutina a diferentes concentraciones (0, 0.5, 1.0, 1.5 y 2.0 mmol L−1) en tomate ha dado como resultado un mayor crecimiento de las raíces y una mayor concentración de compuestos fenólicos, flavonoides y carotenoides, asociados con mayores actividades de PAL y CHS y una mayor capacidad antioxidante.

Además, la aplicación de rutina promovió la resistencia contra Xanthomonas perforans, agente causal de la mancha bacteriana del tomate, siendo así capaz de considerar a la rutina como una tecnología con gran potencial de incorporación en el manejo técnico de este cultivo.

También, los efectos beneficiosos de la rutina en el tomate están asociados con un mayor rendimiento fotosintético y una mayor concentración de metabolitos primarios de la hoja, como clorofila, carbohidratos y proteínas; lo que proporciona evidencia de la mejora de los parámetros de crecimiento de las plantas y la producción de frutos.

Al mismo tiempo, la pulverización de rutina también resultó en una mayor concentración de compuestos secundarios en frutos de tomate como polifenoles, flavonoides, licopeno, β-caroteno y luteína, otorgándoles una mayor capacidad antioxidante.

Las relaciones cruzadas entre las respuestas fisiológicas de las plantas, la producción de frutos y la calidad de los frutos como resultado de la aplicación de rutina, implican los beneficios del uso de este elicitor para el cultivo comercial sostenible de tomate. Desde esta perspectiva, el uso de la rutina ha sido evaluado como una estrategia biotecnológica para incrementar la síntesis de compuestos secundarios a partir de plantas de interés para la industria farmacéutica y nutracéutica.

(*) La rutina se extrae en gran parte de frutos de fava d’anta (Dimorphandra mollis y Dimorphandra gardneriana, família Fabaceae) especies nativas del Cerrado brasileño. Los frutos se recolectan verdes y luego del secado se los procesa, extrayendo y comercializando principalmente la rutina, además de sus derivados.

FUENTE: Alicia Namesny/ Beatriz Riverón, Bioquímico farmacéutica / HORTÍCOLA HORTÍCOLA