El año 2022 que apenas concluyó hace cuatro días ha sido complicado para dos de los cuatro grandes sectores en que se divide la economía española. La invasión rusa de Ucrania a finales de febrero y el agravamiento de la crisis energética que ha venido de la mano han llevado a agricultura e industria a pasar dificultades.
Y el impacto de la crisis se ha reflejado en los datos de afiliación a la Seguridad Social y de paro, que desde el martes ya permiten dibujar un retrato de lo que fue el año pasado en materia laboral.
Las cifras que llegan desde el departamento que dirige José Luis Escrivá muestran que el año pasado se crearon 471.360 empleos netos. Una cifra que, aunque supera el último registro prepandémico (2019), queda por debajo de la media anual registrada durante la última expansión de la economía española (entre 2014 y 2019).
El sector que más se ha visto perjudicado por la guerra, al menos a juzgar por los datos de empleo, ha sido la agricultura. Según los datos de afiliación, en 2022 se destruyeron casi 50.000 puestos de trabajo en este sector, la tercera caída más fuerte en el mundo agrario de los últimos 20 años. El fuerte incremento de los costes energéticos, la enorme subida en el precio de materias primas como los fertilizantes o los cereales para alimentar el ganado o la sequía que se ha vivido durante 2022 han sido factores decisivos para explicar el declive.
La guerra también se ha dejado notar en la contratación en las empresas del sector industrial, que, no obstante, han conseguido capear el temporal algo mejor. En 2022 el empleo neto en la industria aumentó en 35.865 trabajadores, un 36% menos que en 2021, pero un registro que logra mejorar el de 2019. Sin embargo, esos casi 36.000 nuevos empleos quedan claramente por debajo de la media del periodo de expansión anterior (2014-2019) que se situó en 46.178 nuevos puestos de trabajo por año.
La industria ha sido uno de los sectores más perjudicados por la fuerte subida del precio del gas, especialmente en actividades como la producción de químicos, la cerámica, la alimentación o la siderurgia. Y aunque en la mayoría de los casos, el empleo ha resistido en positivo, ya hay industrias en las que se aprecian bajadas en la afiliación. Es el caso de la industria del automóvil, que pierde más de 1.600 afiliados, el textil o la siderurgia.
Fuente: 20 minutos.
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