El algarrobo, ese árbol también conocido como 'el chocolate de los pobres' o 'el oro de secano', tan importante para generaciones pasadas, hoy relegado a un segundo plano, podría regresar con fuerza al paisaje agrícola almeriense. Lo haría de la mano de uno de los equipos de investigación de la Universidad de Almería, dirigido por Lorenzo Carretero Paulet. Su línea de investigación, consistente en el estudio de ‘cultivos huérfanos’ y, en específico, del algarrobo, ha obtenido 190.000 euros a través de la convocatoria de Proyectos de Generación de Conocimiento del Ministerio de Ciencias.
“Se trata de obtener un genoma de referencia del algarrobo con un doble propósito”, cuenta el director, para luego desgranar dichos fines: “Por un lado, identificar variedades que sean óptimas para crecer en las zonas áridas y semiáridas de la península. Por otro lado, también queremos desentrañar los secretos genómicos que hacen tan interesante a este árbol”.
Es un proyecto de plan nacional que la Universidad de Almería va a comenzar este mes de septiembre en colaboración con otros centros andaluces, como la Universidad de Granada y la Universidad de Córdoba. En la misma línea, también contarán con la participación de un investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Importancia del algarrobo
Se trata de una especie con mucho valor añadido desde el punto de vista económico, agronómico, comercial y alimentario. Según Carretero, el algarrobo se adapta muy bien a ambientes secos y tiene un gran potencial para regenerar el suelo. “La algarroba y su semilla se utilizan como apelmazante en la industria alimentaria. Además, también se puede usar para producir harina, productos de repostería o, como se hacía tradicionalmente, utilizar para alimentar al ganado”, señala el investigador.
La algarroba es un alimento "muy nutritivo", recuerda Carretero. Aunque de tradición humilde, cuenta con una gran cantidad de propiedad y beneficios: es un fruto rico en fibra, antioxidantes y en azúcares de absorción lenta, de fácil digestión. Pero lo que más llama la atención es el gran aporte de energía que ofrece a quien lo come.
Horfandad
Llaman ‘cultivos huérfanos’ a aquellos que están infra estudiados y que podrían reportar muchos beneficios para luchar contra la crisis climática. “La mayor parte de los cultivos de Almería requieren mucha agua y gastan mucho el terreno. Se trata de apostar por otras especies que no necesiten tantos recursos y que ayuden a regenerar los suelos”, señala Carretero.
La investigación no terminará con este árbol, sino que el pistacho, la higuera o la moringa podrían ser las siguientes líneas de estudio. El investigador señala que la idea es migrar poco a poco a un modelo agrícola más sostenible, tanto a nivel ambiental como económico y social.
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