Estefanía Rodríguez: “Los espacios naturales, vitales para el control de plagas“

Investigadora titular del Área de Protección Vegetal Sostenible

Estefanía Rodríguez. Investigadora IFAPA.
Estefanía Rodríguez. Investigadora IFAPA. La Voz
Antonio Hermosa
20:02 • 15 dic. 2024

A alguien que no sea científico o especialista en los cultivos bajo plástico, le llama la atención que se valore la importancia de los espacios naturales, como pueden ser en Almería el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar ó Punta Entinas-Sabinal, para defender la biodiversidad a favor de la agricultura, y más en una provincia donde este sector es tan importante. Estefanía Rodríguez Navarro, investigadora titular del Área de Protección Vegetal Sostenible del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera, IFAPA, lo tiene claro.



"Estos espacios naturales son fundamentales. Sin ellos no tendríamos esa gran fuente de biodiversidad necesaria para, en este caso, el control biológico de plagas", dice Estefanía Ruiz.



En el IFAPA llevan décadas trabajando para reconocer e identificar a los insectos que son beneficiosos para el control de las plagas. Sabemos que los cultivos intensivos son generadores de ese tipo de plagas, y gracias a su trabajo podemos contrarrestar los peligros de estos cultivos en Almería, utilizando el medio natural.



Tenemos el control biológico aplicado, el comercial, que afortunadamente nos permite contar con una serie de insecto que nos ayudan a luchas contra las plagas. Los podemos liberar en la abundancia que necesitemos en un momento determinado para contrarrestar a otros dañinos, pero también hay otros muchos insectos que no son susceptibles de criarse, empaquetarse o poder ser liberados en un invernadero, en un cultivo. Entonces ese control biológico aplicado, y ese control biológico natural, proceden de la conservación de hábitats naturales.



Cuáles son los insectos beneficiosos que existen en un espacio natural para luchar contra esas plagas.



Tenemos que hablar de comunidades de artrópodos. Cuando nosotros, de forma comercial o aplicada soltamos algún insecto para controlar una plaga, no podemos soltar solo un tipo de insecto. Así no hacemos nada. Necesitamos soltar varias especies, con diferentes estrategias de vida, de caza, para poder controlar una única playa. Es muy complejo y una comunidad de artrópodos que nos ayudan, de alguna manera, a regular todos los insectos.



El agricultor se ha dado cuenta del valor que tienen estos espacios naturales para ayudarles a conseguir cultivos más saludables y alejados de las plagas.



En eso estamos. A mí me gustaría que fueran mucho más conscientes. Nuestros hábitats naturales son todavía muy poco conocidos y por eso son muy poco valorados. Tendemos a pesar que los hábitat semiáridos, que son especies arbustivas, con un tipo de paisaje distinto, no son tan valorados como un bosque de coníferas del norte de Europa o del norte de España. Pensamos que estos espacios son mucho más valiosos, y es un grave error. Cada ecosistema tiene su valor en el sitio donde se encuentra. Todavía falta un poco más de conexión del sector agrícola con su hábitat natural. Todavía los maltratados.


En qué medida beneficia el control biológico a la agricultura.

En millones de dólares o de euros. Depende de los sistemas agrícolas. Nosotros lo denominamos los servicios de los ecosistemas. Se ha llegado a cuantificar que en un año, una única plaga, en un único cultivo, puede ahorrar 4.500 millones de euros. El sector del control biológico aplicado, el comercial, mueve en Almería 30 millones de euros. Almería mueve más dinero que toda Europa junta. Aquí, el control biológico es un valor añadido a la industria auxiliar.


Almería ha sido pionera en todo el mundo en poner en marcha este sistema de control biológico. Vienen de todo el planeta a conocer cómo trabajamos aquí.

Hay que sentirse orgullosos porque ha sido un trabajo colectivo. No se puede decir que fue gracias a un determinado sector o a una determinada organización. Sino que fue gracias a un esfuerzo colectivo y eso se implementó y todavía hoy se mantiene.


Qué pasos quedan por dar todavía para conseguir una conciencia global en el sector agrícola almeriense en el uso de estos sistemas de control.

Retos quedan muchísimos. Como es una agricultura con un carácter claramente exportador, cada año llegan nuevas plagas que ponen en jaque al sector. Cuando llega una nueva plaga, siempre el control biológico necesita un periodo de adaptación. Tenemos que saber que especies pueden combatir esa plaga. Entonces retomamos otra vez el control químico para hacer un tratamiento de choque, pero, a veces, caemos en la tendencia de quedarnos siempre con el químico y no volver otra vez al biológico. Por eso, cada vez que aparece una nueva playa, y se tiene que utilizar una materia activa, también rompe, a lo mejor, el sistema que ya teníamos establecido. Entonces, desequilibra todo, hay que volver a equilibrar toda la producción integral, las materias activas con control biológico, y se nos plantean muchos retos. Este es un sector muy dinámico. Y luego, sobre todo, la conservación de los ecosistemas naturales. Que si me permitís decirlo, todavía se ven como sitios donde soltar residuos más que como sitios que nos generen beneficios o servicios. Eso todavía no lo tenemos muy interiorizado.


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