"Los niños no tuvieron atención durante mucho tiempo", así comenzaba a contar Anastasiia Lavryk la historia de la recién nacida- aunque no la única- Asociación de Ucranianos. Desde que comenzó la invasión rusa a Ucrania la población de ucranianos en la provincia de Almería ha crecido notablemente, sobre todo, son muchísimos los menores los que han sido desplazados hasta la provincia para empezar una nueva vida.
Después de un año y medio, adaptarse a un nuevo sitio sigue siendo un reto para los niños y adolescentes ucranianos. Además de las grades diferencias culturales, la principal barrera a la que continúan haciendo frente los jóvenes del país eslavo es el idioma. Esta brecha que cada día intentan superar, es un continúo ralentí en el proceso de adaptación, y que desde la perspectiva de un menor a veces puede parecer inquebrantable.
Por esta y otras razones, la nueva Asociación se ha convertido en un respiro de aire fresco tanto para niños como padres ucranianos, y no solo de los refugiados sino de los que también decidieron establecer su hogar en Almería antes de que diera comienzo el conflicto.
Nace una nueva asociación
Nació a principios de verano gracias a la iniciativa de Anastasiia Lavryk y el apoyo de la Parroquia de San Luis de la capital. Las aulas de la parroquia se han convertido en un centro provisional de clases extraescolares, donde los niños ucranianos de entre 4 y 5 años hasta los 16, además de aprender, pueden relacionarse con niños de su edad sin que el idioma sea un problema.
"Los niños se sentían un poco ignorados en los colegios, no por su origen, sino porque no tenían la capacidad de comunicarse con los demás y es frustrante para un niño querer jugar y hablar pero no saber cómo. Aquí lo pueden hacer, pueden hablar, pueden jugar, pueden comunicarse, literalmente se sienten comprendidos", narra Lavryk. Hay que tener en cuenta que la comunicación es fundamental para los niños que se encuentran en edad de cursar educación primaria, porque es precisamente en ese momento cuando aprenden a desarrollar sus habilidades sociales. De forma parecida sucede con los adolescentes, quienes mediante la expresión de sus ideas moldean su carácter.
No obstante, la Asociación también tiene otro fin: mantener firmes los lazos que unen a los niños y adolescentes ucranianos con su patria. Y todo ello a través del aprendizaje de Lengua y Literatura ucranianas, Historia de Ucrania, Matemáticas e Inglés. "Los padres no quieren que sus hijos pierdan su vínculo con nuestra patria", cuenta Anastasiia, y es que muchos de los niños que asisten a estas clases extraescolares han nacido en España y viven totalmente integrados en su ambiente, por lo que conectarles con sus raíces a medida que pasa el tiempo será más complicado. Por otra parte, los padres de los niños y jóvenes que han llegado a Almería en los últimos meses debido a la guerra, no quieren que sus hijos pierdan los lazos con el país que les vio nacer. Además, los progenitores tanto de unos como de otros consideran necesario que sus hijos conozcan la historia de su país, su cultura y su gente para que nunca pierdan el sentimiento de pertenencia que les identifique con Ucrania.
Nuevos retos
El principal reto al que se enfrenta esta incipiente Asociación es al de poder reunir a todos los niños y adolescentes ucranianos que quieren participar de esta actividad. "El problema está en que hay muchos niños y jóvenes repartidos por toda la provincia, y sus padres no siempre se pueden permitir traerlos hasta Almería ya sea por trabajo o porque la gasolina supone un gasto que no pueden asumir", explica Anastasiia. Por ello, tanto ella como todos los voluntarios que colaboran con la Asociación están tratando de conseguir un medio de transporte que permita traer a todos los niños y jóvenes, desde todos los puntos de la provincia, a la capital para que puedan disfrutar de esta actividad a un coste razonable.
Además, en estos momentos la Asociación se encuentra en proceso de búsqueda de un centro educativo en el que establecer un colegio ucraniano para lo que cuenta con la ayuda de la Delegación de Educación.
En cuanto al personal educativo, se trata de voluntarios ucranianos con titulación de profesorado emitida por las instituciones competentes ucranianas, y que no pueden ejercer su profesión en territorio español por las barreras burocráticas que se les presentan en cuanto a la homologación de sus títulos, así como de momento, también el idioma.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/11/pequealmeria/264973/ninos-ucranianos-mantienen-viva-la-herencia-de-sus-raices-en-almeria