Plan para tratar de identificar las casas más débiles ante los terremotos

La sucesión de terremotos que se ha registrado en Almería a lo largo del último mes, la mayoría de ellos con epicentro en el Mar de Alborán, han reactivado los planes de emergencia y movilizado a colectivos que, como es el caso de los arquitectos, pueden jugar un papel esencial tanto en la prevención de riesgos como en la actuación de los servicios de emergencia tras un movimiento sísmico.

No hay actualmente una fórmula exacta para saber cuándo puede sobrevenir un terremoto de gran magnitud, pero los informes señalan que en un periodo de recurrencia de 475 años se registra un seismo que pueden alcanzar efectos altamente destructuvos en el sureste español y más concretamente en la provincia de Almería, sacudida históricamente por los temblores.

Los mapas
El Plan de Emergencia Sísmica de Andalucía establece una serie de zonas en las que es posible que en unos años se produzca un seismo de intensidad superior a los 7,5 grados en la Escala de Ritcher, y el problema es que no hay un análisis detallado de cuántos edificios y viviendas serían capaces de soportar ese terremoto.

Esa cuestión se planteó ayer en una reunión organizada por el Colegio de Arquitectos de Almería con los responsables de Protección Civil de la Junta. Estos expusieron la situación y apelaron a una colaboración activa para poder identificar claramente las zonas de riesgo e incluso dentro de los núcleos urbanos aquellas viviendas que no resistirían el terremoto.

Vulnerabilidad 
La cuestión es que situándose en un escenario de un temblor de tierra de más de siete o siete grados y medio, se sabe por los estudios realizados que Almería estaría en el mapa de mayor riesgo de Andalucía.

Los representantes de Protección Civil reunidos ayer con los arquitectos almerienses consideran imprescindible abordar un plan para conocer de forma pormenorizada la situación y la vulnerabilildad de las viviendas, en especial en zonas de riesgo alto como la capital y la comarca del Poniente.

Los mapas diseñados con la información actual determinan que en la capital hay entre 4.000 y 8.000 inmuebles que no soportarían un terremoto de alta intensidad, mientras que en el Poniente ese número estaría en torno a tres o cuatro mil viviendas, al disponer de un parque residencial más joven.

Los arquitectos, que hace unos meses constituyeron el Grupo de Trabajo Protección de las Personas, han mostrado su disposición a poner sus conocimientos al servicio de los planes de emergencia.