A pesar del frío de la noche en este fin de semana, el más gélido del invierno según los meteorólogos, las calles de Almería esconden historias de aquellos que pasan su vida en un banco del parque casi sin mediar palabra con los que lo frecuentan, duermen en uno de los pocos cajeros automáticos que siguen estando cerrados, o buscan refugiarse en los soportales de las plazas.
Precisamente los sin techo son los más castigados del invierno y de las olas de frío. Almería, al ser una ciudad con temperaturas agradables, adolece de un plan de frío confeccionado entre todas las administraciones, pero sí que cuenta con recursos para estos días.
Uno de estos recursos llega de la mano de Cruz Roja y lleva en marcha desde el año 2007. Se trata de la Unidad de Emergencia Social que cada martes, viernes y sábado salen a partir de las 22.00 horas a recorrer las calles de la ciudad en dos rutas diferentes con un objetivo claro, dar calor a aquellos a los que el frío no solo les llega al cuerpo sino también al alma.
Sus dos unidades salen cargadas de café con leche, magdalenas, sandwiches, zumo y caldo. Son sus “herramientas de acercamiento”, como explica Antonio Alastrué, referente de UES de Cruz Roja, ya que con la excusa de ofrecerles algo de sustento para la larga noche “hablamos con ellos, de su situación, intentamos ayudarles y derivarles a los diferentes servicios de Cruz Roja para que sean atendidos”. Pero si algo tienen claro es que “lo principal es darles calor humano, charlar con ellos”, de hecho si algo sorprende a los voluntarios que salen por primera vez en estas unidades es “la gana de hablar que tienen, lo amables que son con nosotros y es que en muchos casos somos los primeros en todo el día con los que cruzan una palabra, y más ahora que tras salir durante estos años ya nos conocen e incluso nos esperan allá donde vayamos”.
Datos Este kit que tradicionalmente se ha utilizado para acercarse a los sin techo ha pasado a “quitar hambre” con el endurecimiento de la crisis. Y es que la gente pide repetir magdalenas y sandwiches, pero sobre todo caldo con el que sobrellevar la humedad y el frío nocturno.
A lo largo del pasado año 2015 estos ‘ángeles de la noche’ almeriense atendieron a 1.300 personas diferentes que estaban en las calles. Explica Alastrué que “cada noche se atiende a entre 70 y 80 personas, lo que supone que a lo largo del pasado año realizamos 15.000 atenciones”.
Los miembros de estas UES son voluntarios que van rotando y en 2015 se incorporaron al programa un total de 40 nuevos miembros. Tienen mucho de psicólogos aunque sin titulación, y a veces los casos que encuentran en las calles les impactan porque “a veces te ves reflejado”.
En varios casos ya están trabajando en experiencias para ayudarles a conseguir trabajo y una vivienda, “con algunos éxitos ya”. Y para las personas mayores han conseguido varios ingresos en residencias en los que están atendidos.
Recuerdo Son muchas las historias que la unidad guarda pero recuerda Alastrué una con cariño. Se trata de una persona mayor del norte de España que vivía con su hijo, su nuera y sus nietos y tras una pelea se fue de casa y se vino a Almería.
“Lo vimos durmiendo en un banco y nos acercamos. Llevaba dos noches allí y le convencimos para que viera al trabajador social que se puso en contacto con su familia. El hijo estaba buscando a su padre y se presentó en Almería, fue un reencuentro magnífico y se marchó con ellos. ¿Si no nos hubiéramos acercado que hubiera pasado?”. Nadie lo sabe, por eso seguirán trabajando para dar calor a los que más pasan frío.
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