A Huércal-Overa le han desgarrado, así, sin avisar, un trozo de su
historia reciente. Miles de huercalenses, aún sin creérselo, se
despiden este viernes de Ginés Martínez Aragón, el hombre que se ha convertido
en historia de Huércal-Overa documentando -con su inseparable cámara
de fotos mediante- precisamente su intrahistoria. La de las personas
de a pie. La de quienes realmente construyen y hacen sus pueblos.
Miles de vecinos han
amanecido en ‘shock’ este 10 de enero. Por primera vez desde 2011, no
se han encontrado con el habitual “¡Buenos días!” con el que
Ginés, desde su página ‘Huercaloveraface’
celebraba un nuevo amanecer desde hace más de una década. Y lo han
buscado, actualizando la página una y otra vez para ver si, de una
vez por todas, ese ‘buenos días’ acompañado por la previsión
del tiempo aparecía y resultaba que todo había sido un mal sueño.
No ha sido así. Sus
20.000 seguidores en redes sociales -en este caso el a veces
manoseado término ‘amigos’ estaría mejor empleado- no han
encontrado ese consuelo. Y es que nada de lo
que sucediera en Huércal-Overa escapaba de la mirada de Ginés. Estaba allí donde pasaba algo.
Huércal-Overa ha dicho
adiós, entre lágrimas compartidas por todos y cada
uno de sus vecinos, a quien desde su silla de ruedas ha inmortalizado
cientos de acontecimientos cuyas imágenes ya quedan para la
historia. Desde innumerables ferias hasta carnavales pasando la semana santa,
actuaciones musicales o los grandes logros de todo tipo alcanzados
por sus vecinos.
Ellos eran
relevantes, por supuesto, pero sin Ginés muchos no se
habrían dado a conocer. Y algo mucho más importante. Los
huercalenses que residen lejos de su tierra habrían tenido mucho más
difícil saber del día a día de su patria chica. Fue así,
precisamente, como Ginés comenzó contando los quehaceres diarios de
su municipio en la página llamada ‘huercaloveraface’.
“He
vivido fuera por muchos motivos pero siempre me gustaba enterarme de
lo que pasaba en mi pueblo”. De ahí que pensase que “a los demás
también les pasaba lo mismo”, contaba en una entrevista para este periódico. Y llegó ‘huercaloveraface’ para
llevar hasta los hogares, por
ejemplo, una simple actuación infantil. Algo que podía parecer una trivialidad pero que era todo un mundo para alguien que, entre algunos de los muchos casos, podía ver a su sobrina sonreír pese a los miles de kilómetros que le separaban de su familia.
Ese era el trabajo
desinteresado que Ginés llevaba haciendo desde 2011. Hasta hoy. En
su página y en la memoria de miles de huercalenses quedan los
encuentros con Ginés, los brindis compartidos y las caras habitualmente impostadas frente a su cámara pero que siempre, sin excepción, daban
paso a una sonrisa y un abrazo sincero con quien apretaba el botón, una vez que el objetivo ya no estaba apuntando.
Hoy esa sonrisa se
ha apagado para siempre, pero no su legado. Para la posteridad
quedarán los miles de documentos históricos que Ginés ha ido
cosechando, como un pequeño agricultor de la imagen y la historia local, día tras día.
También quedará para el recuerdo, por supuesto, su figura. Ningún
acto volverá a parecerse a los de antes cuando busquemos, sin éxito,
la silla de rueda de Ginés frente al escenario o la actuación de
turno. Hoy no son unos ‘buenos días. Ni mucho menos. Pero su
trabajo perdurará mucho más allá que nosotros mismos. Descansa en paz.
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