“Nadie tiene derecho a matar a otra persona en nombre de nada”

El imán de Almería, Abdallah Mhanna, aboga por el diálogo y afirma que el cambio social `es muy lento`

SIN DATOS
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Fernando Cuadrado
01:00 • 02 abr. 2016

Es imán en Almería desde 1997 y se encuentra en su día a día muchas cuestiones que son “practicamente iguales” que hace casi dos décadas. Defiende el diálogo y repite que no hay que generalizar en ningún aspecto. Clasifica en cuatro partes la sociedad. La visión del Gobierno y autoridades en general, el papel de los medios de comunicación, el de las asociaciones, sindicatos o ONGs y en cuarto lugar el de los ciudadanos, tanto autóctonos como minorías.




¿Cómo es la situación de la comunidad musulmana ahora en Almería?
Hablamos de cosas muy parecidas entonces y ahora. Creo que lo único que ha evolucionado ha sido el papel que han tomado los ciudadanos, tanto autóctonos como el de las minorías. Cada vez veo que los cuidadanos están más cerca el uno del otro.




¿En qué sentido?
En que no les afecta mucho las mentiras que fabrican algunos gobiernos y  algunos medios de comunicación. Algunos solo venden críticas y problemas generando miedo para poder vender más. El cambio social es muy lento y necesita tiempo. Diez, quince, veinte años para poder verse. Hace años, por ejemplo, se decía terrorismo de ETA o islamista y se asustaba todo el mundo. Ahora hay mucha gente que dice que esos pueden ser una minoría fanática pero cuentan que tienen vecinos y amigos musulmanes que son buenos. Eso antes no pasaba.




¿Y los gobiernos y los medios de comunicación?
A los gobiernos muchas veces no les interesa la realidad, ni escuchar la voz de las personas, no generalizo, pero pasa igual con algunos medios de comunicación. Muchos juegan un papel muy bueno, pero otros no.




Habla de las asociaciones, sindicatos y ONGs, pero su papel ahora ¿es diferente al de antes?
Antes parecía mucho más positivo. Ahora parece que tienen más miedo a que les corten el grifo de las subvenciones. No se hacen cosas o por miedo o por no querer perderlas. No veo el trabajo que se hacía desde 1998 hasta 2006. Cada vez es peor. Ahora solo se centran en proyectos con el Gobierno o la Junta y no apoyan nada en la integración social.




¿Es ese el principal escollo? ¿La falta de integración?
Sí. Y hablamos igual que hace años por la misma razón. Tu y yo somos parte de los ciudadanos que queremos mejorar la integración social. Pero las otras partes, las que te decía antes, trabajan en proyectos de integración social pero según sus intereses.




¿A qué se refiere?
Cuando tú como periodista hablas de integración social y de convivencia muy pocos comprarán el periódico o verán la televisión para conocer más. Si se inventan problemas de fanáticos o de violentos... los temas que son de críticas y que llaman la atención de alguien que puede ser musulmán o de otra religión. Y las autoridades ven la integración como quieren ellos y que les interesa para que les voten. Tu y yo hemos hablado de esto hace quince años.




¿Minorías que no se integran o que no se deja que se integren?
Hay muchas minorías, la musulmana, la china, la paquistaní... estamos en una sociedad multicultural que necesita un modelo intercultural. Y hablamos de modelos de segregación, de marroquíes o gitanos que viven en El Puche y se pelean entre ellos y entonces eso da igual. No hablamos de que el marroquí quiere trabajar como nosotros y quiere comer como nosotros y quiere poder vivir en las mismas condiciones.


Entonces ¿cómo es la comunidad musulmana en Almería? 
Hay que hablar de una minoría religiosa. Hay rechazo social y no digo que sea por parte de los ciudadanos. Vives en España, en Europa y apoyas los valores de los derechos humanos, la democracia y el diálogo. Pues lo primero es que se debe aceptar a los líderes que esa comunidad elige. No querer imponer a los que a tí te interesen.


¿Qué se impone?
Yo tengo muy buen trato con la Subdelegación del Gobierno, con la Junta, con el Ayuntamiento de Almería... pero nunca, nunca, me invitan a la celebración del Día de la Constitución, a la fiesta de la Navidad o a fiestas nacionales o autonómicas. ¿Cómo voy a participar como comunidad musulmana si yo no estoy en tu mente para estas cosas?. Cuando hay un problema sí me llaman. Sí quiero agradecer al nuevo comisario,  Adolfo Castaño, que me llamó para una reunión nada más llegar al cargo y hablar de colaborar. Y al subdelegado, Andrés García Lorca.


Hablemos del terrorismo y de las consecuencias que está teniendo.
Se emplean términos falsos. ¿Qué diferencia hay o qué siginifica terrorismo islámico o islamista? ¿Y lo de terrorismo yihadista? Es muy importante definir los términos porque estás manchando una religión entera. ¿Por qué no se llama al terrorismo del estado de Israel contra Palestina, terrorismo judio? ¿Y el conflicto de antes entre Inglaterra e Irlanda, por qué no era terrorismo anglicano o católico? ¿El terrorismo de ETA, era terrorismo vasco? Pues no. Era de unas minorías.


Algo que no debe justificarse en ningún caso
Matar personas en nombre de Dios, o de una ideología o de un partido es terrorismo. Matar a las personas es terrorismo. Nadie tiene derecho a acabar con la vida de nadie. Ahí están las leyes internacionales. Hay que distinguir entre lo que la Ley internacional dice  o lo que dice, por ejemplo Estados Unidos con su ley. A los pueblos que están a favor de Estados Unidos parece que sí pueden hacer cosas que son terrorismo igualmente.


¿Las causas de esto?
Piensan muchos que solo hay unos grupos fanáticos islámicos que quieren matar a la gente. Las causas hay que buscarlas. En el 90% las causas no son religiosas.  Pueden ser políticas, económicas, ideológicas, éticas... Pero hay que distinguir entre dos tipos de grupos fanáticos. Hay que buscar al fanático real. El 60% son grupos fabricados por gobiernos por intereses políticos o económicos.  Pero nadie tiene derecho a matar a nadie en nombre de nada.


¿Y el origen?
Hillary Clinton dijo hace poco que en 2003 Estados Unidos, a través de la CIA  fabricó al DAES (Estado Islámico). Eso es la primera parte. También es verdad que por la desigualdad existen grupos que tienen ideologías fanáticas.


¿Y qué hacer para derrotar a esos grupos?
Algunos grupos fanáticos que hay se pueden derrotar con diálogo y no con la doble cara que realiza Estados Unidos y la Unión Europa.


¿Solo con diálogo?
El 90% del fanatismo del mundo se puede derrotar con igualdad y diálogo. El 10% hay que utilizar los métodos de seguridad y de fuerza, sin duda. Pero eso lo debe decidir la Ley internacional no los intereses de Estados Unidos.


¿El futuro?
Mucha colaboración. Para nosotros nuestro marco de referencia aquí es la legislación española.



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