La crisis provoca retroceso en la integración de los inmigrantes

Según los expertos, se está casi en el punto de partida de hace 30 años

Inauguración de la Jornada.
Inauguración de la Jornada.
Rosa Ortiz
23:34 • 06 abr. 2016

La ong Almería Acoge empapeló El Ejido con unos carteles en los que podía leerse: “Los inmigrantes no necesitan un techo, necesitan ser tus vecinos”. Corría el año 2000 y acababa de ocurrir lo que, eufemísticamente, se conoció después como los ‘sucesos de El Ejido’. Veinticuatro horas de brutalidad xenófoba que siguieron a la muerte de una joven de 26 años, el tercer asesinato cometido supuestamente por inmigrantes en dos semanas. Aquello supuso un antes y un después en el tratamiento mediático de los temas relacionados con la inmigración y en el abordaje, por parte de la Administración y de las ongs, de medidas para afrontar un fenómeno, el inmigratorio, que llevaba produciéndose en Almería desde principios de los años 80.




Sin embargo, dieciséis años después de aquello y más de treinta desde que llegaron a la provincia los primeros inmigrantes –buena parte de ellos de origen magrebí-, los pasos que se habían dado hacia delante se han desandado y se ha vuelto, según los expertos, casi al punto de partida.




Islam en Almería
“Aquel cartel que nosotros hicimos en el año 2000 sirve perfectamente para ilustrar lo que está pasando ahora. El retroceso ha sido fatal”. La frase, pronunciada ayer por Juan Miralles, coordinador provincial de Almería Acoge, podría resumir, a grandes rasgos, el contenido de la Jornada ‘La inmigración y el Islam en Almería. Percepciones y estereotipos en el marco de la crisis económica’, organizada por CODENAF (Asociación para la Cooperación y el Desarrollo en el norte de África).




Esto es, que la crisis se ha cebado especialmente con la población inmigrante no comunitaria que ha visto, además, cómo a su alrededor surgían  estereotipos que vinculan el Islam con los actos terroristas auspiciados por Daesh.




Sin etiquetas
“El terrorismo es terrorismo sin etiquetas. Cuando, cada vez que hay un atentado, los medios nos piden que lo condenemos, nos hacen sentirnos víctimas y responsables al mismo tiempo. Cualquier solución es la integración y el diálogo y éste no se puede promover desde el rechazo y la asimilación”, expuso Abdalah Mhanna, presidente del Centro de Imanes por la Paz. Una idea en la que abundó también Tomás Cano, párroco de la iglesia de San Juan y vicario general para el casco histórico de Almería, que pidió “mente abierta y espíritu generoso” para superar las barreras que aún separan a la población autóctona de la inmigrante.




Cano participó, junto con Mhanna, Mohamed Bentrika (delegado provincial de CODENAF en Almería), el profesor de la UAL Blas Fuentes y Antonia Sánchez Villanueva, subdirectora de LA VOZ, en la primera de las dos mesas redondas organizadas en el marco de esta Jornada. 




Para superar rumores y estereotipos hay que fomentar la interrelación entre las personas, “la mejor vacuna” según señaló Juan Sebastián Fernández Prados, sociólogo y profesor de la Universidad de Almería. Explicó que la percepción sobre los inmigrantes mejora hasta en un 80 por ciento cuando se establece un contacto personal con alguno de ellos. Un dato a considerar, teniendo en cuenta que entre 2008 y 2013, durante los años más difíciles de la crisis económica, la visión negativa de la población inmigrante en Andalucía creció hasta un 49 por ciento. El año pasado, esa proporción se había reducido ya al 38%.




Más golpeado
Los inmigrantes han sido también el colectivo más golpeado por la crisis. Según AROPE, el indicador del Instituto Nacional de Estadística que mide el riesgo de pobreza y exclusión social, el 63,9% de la población extranjera no comunitaria residente en nuestro país está en “situación vulnerable”. Una vulnerabilidad que se manifiesta, por ejemplo, en los salarios. Según denunció la responsable del área de inmigración del sindicato Comisiones Obreras, María Luisa González, el sueldo medio de un trabajador inmigrante es un 48% más bajo que el que recibe un español. “Hacen falta más inspecciones de trabajo porque esto afecta a la vida de las personas. Se les niega un derecho fundamental, que es tener a igual trabajo, igual salario”, afirmó.


En Almería, dijo, la situación en el sector agrícola de Almería es peor todavía porque existe un “fraude de carácter sistémico” que perjudica a los trabajadores, un 90% de ellos de origen inmigrante. González aseguró que no se declaran las jornadas reales, que tampoco no se cumple el convenio colectivo y que la precariedad alcanza al 95% de los contratos, eventuales en una inmensa mayoría.


La Jornada ‘La inmigración y el Islam en Almería’, que reunió a más de 80 personas durante toda la mañana de ayer, estuvo organizada por la Asociación CODENAF y fue subvencionada por la Consejería de Justicia e Interior de la Junta de Andalucía y la colaboración de la UNED, en cuya sede almeriense se desarrolló.



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