Agentes de la Policía Nacional han liberado a una mujer de origen nigeriano que, tras ser captada en su país de origen, estaba siendo obligada a ejercer la prostitución en diversas localidades españolas. La víctima, que llegó a nuestro país acompañada de su hija, menor de edad, tenía que dejarla con su propia explotadora mientras ejercía la prostitución para pagar la deuda contraída por el viaje de ambas. Circunstancia que ésta aprovechaba para amenazar a su madre si no conseguía suficiente dinero por sus servicios, llegando incluso a golpear a la menor. En la operación ha sido detenida en Almería la mujer que la explotaba sexualmente en un bar que regentaba.
Con la puesta en marcha del Plan Policial Contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual, hace ya más de tres años, se potenció la especialización de un importante número de policías en esta materia y se intensificó la labor de detección de posibles víctimas del delito, así como la investigación de las organizaciones y grupos dedicados a esta forma de delincuencia organizada.
Fruto de esta especialización y del trabajo continuado de la Policía y de organizaciones no gubernamentales, a finales del año pasado fue detectada una mujer ejerciendo la prostitución en las calles de Almería que fue identificada como posible víctima de dicho delito. Tras entrevistarse con ella, la mujer decidió denunciar su situación ante los agentes, que inmediatamente pusieron en marcha una investigación que permitió localizar y detener a la explotadora y liberar a su víctima.
Los policías averiguaron que la tratante contactaba con un hombre en Nigeria cada vez que necesitaba chicas nuevas a las que explotar. Éste, previo pago, se encargaba de captarlas y hacerlas llegar a España, trasladándolas por vía terrestre hasta Marruecos. Desde allí cruzaban el Estrecho de Gibraltar en peligrosas travesías en patera hasta las costas españolas.
Antes de salir de Nigeria las víctimas eran sometidas a rituales de vudú a modo de pacto, pacto por el que el tratante se comprometía a organizar y financiar el viaje y las víctimas. A cambio debían jurar que no iban a causar problemas ni a recurrir a la Policía y, por supuesto, que iban a pagar su deuda.
Buscando un futuro mejor para su hija
La joven liberada fue captada en Nigeria por un hombre que, viendo la situación de necesidad en la que se encontraban tanto ella como su hija, la prometió una vida mejor si venían a España. Tras someterse a los correspondientes rituales y ser trasladada hasta España, la víctima recibió instrucciones para viajar a Fuenlabrada, donde fue informada de que había contraído una deuda de 30.000 euros que debía saldar ejerciendo la prostitución en la vía pública.
Posteriormente fue obligada a trasladarse hasta Roquetas de Mar, donde la explotadora residía y regentaba un bar en el que la víctima debía continuar ejerciendo la prostitución y que también utilizaría como alojamiento.
Durante las horas que la joven debía ejercer la prostitución su hija quedaba al cuidado de la explotadora, circunstancia que ésta aprovechaba para coaccionarla, amenazándola con hacer daño a la pequeña si no conseguía ganar dinero suficiente para pagar regularmente la cantidad que tenía estipulada como pago por su deuda. La víctima relató a la Policía que en una ocasión su hija tuvo que ser atendida en un centro hospitalario por las lesiones que le había causado la explotadora, tanto en el rostro como en los brazos, llegando a fracturarle uno de ellos.
La operación ha sido llevada a cabo por la Brigada Central contra la Trata de Seres Humanos de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, la UCRIF de Almería y el grupo Operativo de extranjeros de Fuenlabrada (Madrid) y se ha saldado con la detención de la tratante y la liberación de la víctima a la que estaba explotando.
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