Las palomas serán ’emborrachadas’ en la Catedral

Comienzan los trabajos de consolidación en la Puerta de los Perdones ante el riesgo de desprendimientos

La Puerta de los Perdones, con las piedras centenarias apiladas.
La Puerta de los Perdones, con las piedras centenarias apiladas.
Manuel León
01:00 • 01 jun. 2016

Están ahí quietas, apiladas frente a la Puerta de los Perdones, frente al perro de Villalán y el águila de los Austria, sólidas y macizas, a Poniente de la ciudad, incómodas quizá con un traslado que quiebra una inmovilidad de quinientos años.




Un centenar de piedras simétricas de cantería, de sillares arrancados a la moruna montaña de Bayyana en el siglo XVI, han sido numeradas con fosforito verde prestas a  ser recolocadas, de nuevo, en el contrafuerte en que han permanecido calladas durante siglos.




Se pueden ver estos días como una reliquia, no de oro y plata sino de caliza, tras las rejas de la Puerta vicaria de la seo almeriense, en la calle Velázquez, algunas con la marca de un aspa primitiva  como sello del maestro cantero que la cinceló.




Arquitecto Miguel Nieto
Forma parte, esta actuación en la Puerta de los Perdones de la Catedral de la Encarnación, del Plan Director del Obispado para consolidar la estructura de este edificio calificado de Monumento Histórico Artístico desde 1931, el año en el que amaneció la II República. Tras la rehabilitación del Claustro catedralicio, antiguo patio de armas, donde en otros siglos brillaba el acero de los mosquetes y el gatillo de los arcabuces contra los berberiscos, ahora el Obispado inicia los trabajos de rehabilitación de las dos portadas que diseñara, con elementos renacentistas, el laureado Juan de Orea. El inicio de los trabajos por parte del estudio de arquitectura de Miguel Nieto, ha correspondido a esta subsidiaria Puerta de los Perdones, en donde han medrado hongos y masa vegetal, incluso un arbusto, con tronco y raices, que había agarrado levantando las piedras del aplacado.




“Se trata de patologías que había que corregir porque amenazaban a las cornisas y a toda la estructura”, señala el arquitecto Miguel Nieto. Añade que “hace unos años había unas vallas metálicas protegiendo la catedral y desde la remodelación de la Plaza ya no existen y el deterioro potencial es mayor”.
Nieto ha realizado otros trabajos de rehabilitación en otros templos religiosos como el de la Iglesia Fortaleza de Vera y la Torre de Fiñana.




También intervendrá en esta labor de mantenimiento la empresa Rehabitec con un periodo máximo de ejecución de dos años en el que, las empresas contratistas han numerado cada pieza de esta gran fábrica de piedra, encargada por el Obispo Villalán tras el terremoto de 1522 a Diego de Siloé. Ese kilómetro cero de la cristiandad almeriense, ese rompeolas del casco histórico de la ciudad uvera y espartera, está presidido por ese mastodonte con ínfulas de fortaleza -iba a ser una de las primeras catedrales del mundo con cañones- y estilo gótico tardío con los afeites renacentistas y neoclásicos de Orea y Ventura Rodríguez.




Villalán y Felipe II
Se llevarán a cabo, por tanto, obras de consolidación en almenas, torreones, baluartes y contrafuertes evitando el derrumbe de las cornisas. Una de las problemáticas es la humedad que genera el agua que evacúa la cubierta a través de las gárgolas que ha deteriorado el trabajo artístico que terminara el arquitecto conquense en 1569.
Esta semana, en la Puerta de los Perdones, los trabajos se han iniciado con el vaciado del muro de contención y la retirada de raíces. Posteriormente se procederá también a la limpieza de los elementos artísticos, previo a la actuación en la fachada principal.




Esta puerta subsidiaria está presidida por el escudo de Villalán con la inscripción Alanus Quartus en el contrafuerte, la cabeza de un ángel en el frontón y de remate el águila imperial de los Austria, en homenaje a Carlos I y a su hijo Felipe II. Los vecinos de la calle Velázquez, mientras tanto, asisten a este traslado de piedras centenarias de la fachada que destilan un polvo de siglos con movimientos como pisadas de un diplodocus.


La caca de siglos de las palomas
No respetan escudos de armas ni gallardetes, ni cabecitas de ángel ni frisos que valga. Las palomas cagan donde pillan, mientras contemplan con sus ojos de ave la ciudad desde uno de su bastiones más álgidos. Palominos con pedigrí de siglos invaden la Puerta de los Perdones, con huecos mullidos de cacas parduzcas y columnas llenas de chorretes de la época del paletó. El plan de rehabilitación lleva consigo un novedosos sistema antipalomas mediante un gel que las emborracha sin matarlas y que las desorientan para que no vuelvan.



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