Diego Sánchez Plaza nació en Tabernas en 1896. Era hijo de un agricultor que además se ganaba la vida transportando aceite en mulas a los pueblos y a las provincias limítrofes. En una de esas aventuras, cuando iba a llevar la mercancía a Jaén, se vio sorprendido por una tormenta que le dejó una pulmonía mortal.
La infancia de Diego estuvo marcada por la muerte del padre y por la necesidad de una madre viuda con seis hijo, por lo que no tuvo otro camino que ponerse a trabajar siendo un niño. Primero en Almería, en un taller para el envasado de uva en la Rambla de Amatisteros y años después siguiendo los pasos de su hermano Rafael que se había marchado a Argentina para colocarse en un hotel en la provincia de Mendoza. En Argentina acabó de hacerse un hombre y aprendió el oficio de cocinero, con el que regresó a Almería en 1920 con el equipaje cargado de recetas exóticas y de ilusiones.
En aquellos años su familia ya se había afincado en la ciudad y su madre Trinidad y sus hermanas Ana y Carmen habían encontrado un trabajo en la casa del doctor don Ángel Maresca, en la calle de Zaragoza. Diego quería desarrollar lo que había aprendido en América, pero tuvo que volver al taller de barrilería hasta que encontrara otra salida. Por fin, consiguió su primer trabajo como camarero en el restaurante Los Gabrieles, en la calle Real esquina con el Parque. No tardó en ganarse un nombre en la profesión y en convertirse en el cocinero del restaurante El Montañés, que en los años veinte era uno de los más importantes de Almería. Aquella experiencia se sirvió para poner en práctica las recetas aprendidas en Argentina y para aprender la dureza del oficio.
En aquellos tiempos se cocinaba en fogones de carbón que él mismo tenía que ir alimentando a fuerza de pala. Como la temperatura era tan elevada, tenía que trabajar en mangas de camisa, sufriendo innumerables quemaduras en los brazos y en las manos, que él enseñaba como si fueran heridas de guerra. Fue en el Montañés donde conoció a la mujer que se iba a convertir en su esposa. Ella, María Segura Carreño, frecuentaba el bar cuando iba a recoger la comida de la casa donde trabajaba. Allí se conocieron y se comprometieron para casarse el 21 de mayo de 1924. En los primeros años de matrimonio la pareja compartió una frutería a la entrada de la Rambla de Alfareros junto a la tienda de tejidos El Río de la Plata. El maestro Diego seguía siendo el cocinero del Montañés, hasta que en la guerra civil tuvo que abandonar su puesto de trabajo por motivos políticos para encontrar refugio en el comedor de la Venta de Eritaña. Fueron los años más duros de su vida, marcados también por la muerte de su esposa el 18 de octubre de 1938.
El maestro Diego vivió una intensa vida dedicada en cuerpo y alma a su profesión. Fue uno de los cocineros más famosos de Almería, llegando a formar parte de la plantilla de establecimientos tan importantes como el Hotel la Perla, el Hotel Simón, el bar Federico, el Club de mar, la Granja Balear y el Imperial. También llegó a conocer los primeros años de esplendor de los rodajes de cine, trabajando de cocinero en el equipo de Lawrence de Arabia.
Diego Sánchez Plaza, el cocinero que se vino de Argentina, falleció en agosto de 1968, después de más de cincuenta años dejando su sello por las cocinas de los bares y los restaurantes de la ciudad.
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