Cruce de reproches en el debate más almeriense

los cuatro candidatos se miden en canal sur

Los candidatos almerienses en el debate electoral del 26j en Canal Sur, retransmitido ayer en la cadena andaluza.
Los candidatos almerienses en el debate electoral del 26j en Canal Sur, retransmitido ayer en la cadena andaluza.
Manuel León
01:00 • 22 jun. 2016

Los ojos echando lumbre, encajonados como caballos esperando a correr en el hipódromo catódico. Así vivían su particular prólogo los cuatro candidatos almerienses en el debate televisivo de Canal Sur.




Tras una breve  presentación de la conductora del programa, Rocio Amores,  Rafael Hernando (PP), Sonia Ferrer (PSOE), Diego Clemente (Ciudadanos) y Julio Rodríguez (Unidos Podemos), se acomodaron en la mesa blanca como la cal dispuestos a ganar la carrera.




Se acuerdan turnos breves, de un minuto, y dos bloques de temario, con la voz en off de la presentadora pidiendo colaboración a los candidatos en los turnos como la profesora le pide a los escolares que no sean traviesos. Arranca Hernando, político desde que se afeita, pidiendo que los resultados electorales del 26j no supongan un nuevo bloqueo a la gobernanza del país. Ferrer arremete contra Podemos, en el inicio y afirma mirando a la cámara andaluza que “somos el único partido válido, que garantiza derechos”.




Mochila austriaca
Diego Clemente, con terno ceniza, tira de programa, leyendo los papeles,”nosotros crearemos empleo estable” y saca sal relucir la mochila austriaca como antídoto contra los despidos laborales.




Julio Rodríguez, el exjemad, ojos de  águila, sereno como las salinas de Cabo de Gata, sentencia “estamos en una encrucijada”. Hernando recuerda que “el paro ha bajado en Almería con el PP, aunque aún quedan 79.000 personas en paro, pero 50.000 menos que cuando llegamos, el cambio nos puede llevar a Venezuela”.




Ferrer saca la artillería sin parpadear, como Patton apretando el botón de un lanzagranadas contra Rommel en el Desierto: “”señor Hernando, bájese del coche oficial, acérquese a Pescadería, la gente allí debe de estar echándose las manos a la cabeza con lo que está diciendo”. “No mienta”, balbucea por lo bajini, Rafael.




El arquitecto Clemente, mientras tanto, sigue a lo suyo, como un picapedrero percutiendo, “el país de Hernando es un mito, es ciencia ficción, hemos aumentado la deuda en 55.000 millones, nosotros bajaremos el IVA cultural”.




Rodríguez saca también el libreto de Iglesias: “subiremos el salario mínimo a 800 euros y una renta garantizada de 600 euros”. Y Hernando, “no uso coche oficial, aunque lo tengo, Sonia”. Y Sonia “para qué ha valido el sacrificio de  y los recortes, no me interrumpa señor Hernando, controle sus impulsos”. Julio, en el extremo de la tabla que no llega a ser redondea, cae en la cuenta de que “a Almería le falta un mode lo de futuro, con infraestructuras modernas y más independencia energética”.


El mérito es de su madre”
Tensión contenida, entre Sonia y Rafael, pero ambos sonríen, continuan diciéndose cosas en sotto voce. Hernando, con el índice estirado: “hemos invertido 67.000 millones en el Corredor Mediterráneo y la próxima legislatura será la del AVE de Almería”.


Y Ferrer, “ha habido dinero para el AVE a Galicia, pero no para Almería y han echado a perder la hucha de las pensiones”.  Y Diego por libre “uno de cada tres almerienses está en riesgo de pobreza. Y el general en la reserva “los recortes no han surtido efecto”.


Ferrer se lanza a Hernando, “tiene un estilo faltón, se nota que no es de Almería, no me va a poner nerviosa. Y la réplica del aludido: “el mérito de nacer en Almería no es suyo, es de su señora madre”. Salen entonces a relucir los autónomos, la diputación, la A-7, el agua y todos los demás capítulos de un libro que se antoja ya leído hace apenas seis meses.



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