La marihuana deja ciega a Almería

Conexiones ilegales de luz provocan sucesivos cortes eléctricos en Pescadería, El Puche y Los Almendros

Plantación de marihuana desmantelada el pasado mes de febrero en una vivienda próxima a Los Almendros.
Plantación de marihuana desmantelada el pasado mes de febrero en una vivienda próxima a Los Almendros.
Javier M. de la Horra
21:09 • 13 jul. 2016

En ocasiones no es fácil poner nombre a las personas honradas. Es lo que ocurre en barrios de Almería como La Chanca-Pescadería, El Puche o Los Almendros, donde hoy por hoy los cortes en el suministro eléctrico son constantes desde hace semanas debido a los enganches ilegales de luz, manipulados para cultivar marihuana. No es ya un rumor ni una hipótesis: el cultivo de esta droga es un hecho confirmado tanto por unos vecinos hastiados ante tantos cortes, como por la propia empresa que suministra la electricidad, Endesa, que se mantiene en contacto con la Subdelegación del Gobierno en Almería.




No es conveniente citar por su nombre a los vecinos porque tienen miedo a dar la cara en unos barrios donde la delincuencia está instaurada en determinadas zonas con una sorprendente complicidad. “¿Por qué no meten mano las autoridades? Lo tienen ahí, a la vista, pero no lo hacen”, se quejaban ayer en la Asociación de Vecinos La Traíña, cansados ya de que los medios de comunicación juzguemos “a todo un barrio por unos pocos delincuentes”. 
“Los vecinos bastante tienen con sobrevivir. Son las autoridades las que tienen que solucionarlo, y no los vecinos. Si hay tráfico de drogas, que se impliquen y lo atajen”, opinan en la asociación, que considera que “todo el mundo sabe por qué se producen los cortes de luz”, un hecho que “se ha denunciado por activa y por pasiva”.




Es cierto. Endesa confirmó ayer a este periódico que los constantes cortes de luz que se producen desde hace semanas en estos barrios de la capital, se deben “a la manipulación de la infraestructura eléctrica”, pequeños traficantes que derivan energía para los grandes focos de luz que utilizan en sus cultivos de marihuana en el interior de viviendas (suyas, o no).




Reunión a tres bandas
Tienen razón en la asociación: “No somos delincuentes los 10.000 vecinos del barrio”. Cuando este periódico camina por las inmediaciones de la plaza Moscú, por calles como la Potera, Blas de Lezo o Capitana, en lo alto de Cordoneros o María Micaela, se encuentra con las rutas por las que no circulan los vehículos oficiales de los políticos. Y siente la necesidad de no citar los nombres de algunos de los vecinos con los que ha conversado. 




Hablas con ellos, reconocen el problema y se quejan de los cortes constantes, pero lo hacen en voz baja, mirando por la puerta a la calle, una calle desestructurada en la que un miércoles como ayer a las 11.00 horas adultos y niños te miran mientras fuman y descansan sobre una acera destrozada. “¿Lo entiende verdad?, es que me asusta hablar con usted...”, explica una vecina que regenta una pequeña tienda de comestibles.




Las autoridades son sin embargo conscientes de este problema, y han mantenido una reunión a tres bandas a petición del Ayuntamiento en la que han participado el propio Consistorio de Almería, Endesa y la Subdelegación del Gobierno. “Se tomarán medidas para evitar los enganches y eliminar algunos de ellos”, confirmaron ayer fuentes de la Subdelegación.




El director de Endesa en Andalucía oriental, José Luis Pérez Mañas, reconocía a este periódico que la situación “es terrible e insoportable” en estos barrios de Almería, donde su empresa lucha para que los clientes tengan luz. “Están pagando por ella en un entorno en el que todo invita a no hacerlo”, reflexiona. Dos de los transformadores de El Puche ardieron el pasado día 11 y el 12, desvela. “Se atreven a manipularlos, y cuando se supera tan brutalmente su capacidad, arden. Para que te hagas una idea, la potencia contratada realmente supone un 30% de la potencia instalada. No hay un fraude doméstico, es el fenómeno de las plantaciones de marihuana lo que hace que se saturen las instalaciones eléctricas”, sentencia.




Su empresa recordaba ayer que “la manipulación de la infraestructura eléctrica supone un gran riesgo para quienes la manipulan”. Hablamos de un delito tipificado en el código penal, y que en más de una ocasión ha terminado en tragedia: “Ha habido explosiones  y electrocuciones que incluso han costado la vida de quienes han llevado a cabo las manipulaciones”, inciden.


El riesgo no ha frenado sin embargo su práctica en Almería. El elevado consumo eléctrico en estos barrios supone además “un incremento en las tarifas para todos los demás”, reconocían ayer en Endesa, un nuevo ejemplo de que “pagan justos por pecadores”.



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