La Universidad de Almería parece dispuesta a dejar sin trabajo a los quince trabajadores que, actualmente, prestan sus servicios en el centro deportivo de la institución, una vez que el vicerrectorado de Extensión universitaria y Deportes ha resuelto no seguir con el contrato que mantiene con la mercantil Pipoca Sport S.L. para la gestión de estas instalaciones.
Sin embargo, la ley establece que, en todos los supuestos de finalización, suspensión, pérdida, rescisión, cesión o rescate de una contrata, los trabajadores de la empresa saliente deben quedar adscritos automáticamente a la nueva titular de la contrata o bien al titular de las instalaciones deportivas que, en este caso, no es otro que la Universidad de Almería. La norma también señala que los empleados han de mantener todos los “derechos y obligaciones” de que disfruten en la empresa subrogada. Eso es, al menos, lo que dicta el convenio colectivo sobre instalaciones deportivas que se publicó en el BOE el 2 de octubre de 2014. La norma deja abierto un único resquicio para no subrogar a los trabajadores y a él se ha aferrado la UAL como a un clavo ardiendo.
En el punto número dos del articulado se señala que la cesión del personal contratado no podrá llevarse a cabo cuando se produzca el “cierre o el cese definitivo de las actividades” que se desarrollan en las instalaciones, cierre que deben mantenerse al menos durante un año.
Solo para universitarios
Y eso es lo que se argumenta desde la Universidad: que el centro deportivo -y esta es una noticia con mucho alcance- abrirá de nuevo en septiembre, pero solo para uso de la comunidad universitaria y para las prácticas de los alumnos que cursan el Grado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.
En la actualidad, más de doscientos niños de los barrios de El Alquián, El Toyo y La Cañada dan clase en la piscina cubierta, cerrada este mes por vacaciones. Según ha podido conocer este periódico, la noticia de que, a partir del próximo otoño, nadie que sea ajeno a la UAL (siguiendo el mismo argumentario que utiliza la institución) podrá seguir haciendo uso de esas instalaciones deportivas, ha puesto en pie de guerra a las AMPA (Asociaciones de madres y padre de alumnos) de la zona, que ya han iniciado una campaña de recogida de firmas en contra de la decisión del vicerrectorado.
“Si el centro deportivo se abre para el uso de la comunidad universitaria, seguirá estando abierta la piscina o el campo de fútbol y nuestros puestos de trabajo siguen estando ahí, por lo que entendemos que sí procede la subrogación”, exponen los trabajadores. Nueve de ellos tienen contrato indefinido y cuentan con una antigüedad laboral que, en algunos casos, llega a los once años. El resto, hasta sumar quince en total, son eventuales.
Tanto ellos como la empresa Pipoca Sport S.L. recibieron el pasado 28 de julio una resolución del Servicio de Contratación, Patrimonio y Servicios Comunes de la Universidad de Almería donde se les explica que, para la institución, “no corresponde la subrogación” sosteniendo lo que se explica más arriba: que las instalaciones deportivas abrirán sus puertas, sí, pero solo para el uso de la comunidad universitaria.
En marcha desde 2008, el centro cuenta con salas para actividades dirigidas, pistas de fútbol, tenis, pádel y atletismo y piscina cubierta.
La versión de la Universidad
“Desde que asumí la responsabilidad del vicerrectorado, empezamos a estudiar el contrato de gestión del centro deportivo y detectamos una serie de incumplimientos. A raíz de ahí, nos reunimos con la empresa y le trasladamos la necesidad de que esos incumplimientos se tenían que restituir. La empresa no estaba de acuerdo y entonces pedimos un informe al Consejo Consultivo que vino a ratificar que se estaban dando una serie de incumplimientos y procedía rescindir la relación contractual.
Para el próximo curso, el centro ofrecerá nuevas actividades, diferentes a las que se venían ofertando y estarán destinadas únicamente a la comunidad universitaria. Es decir, se producirá un cese en las actividades que se venían desarrollando en el centro. Y se implantará un nuevo modelo de gestión. En relación al personal, es Pipoca quien tiene la responsabilidad de los mismos puesto que los ha contratado y trabajan para esta empresa”, apuntó ayer a este periódico la vicerrectora de Deportes, María del Mar Ruiz.
Punto a punto.
1. Abrió en 2008. El Centro Deportivo de la UAL abrió sus puertas en marzo de 2008. Cofinanciado por la Junta y la Universidad, el complejo estaba formado en sus inicios por un pabellón, una piscina cubierta y una sala polivalente. Más adelante, tras la cesión de terreno por el Ayuntamiento de Almería, el centro deportivo amplió sus instalaciones con un campo de fútbol de césped artificial, pistas de atletismo, tenis y pádel.
2. Gestión de Pipoca. Pipoca Sport S.L. ganó el concurso público para gestionar el centro deportivo el 13 de enero de 2013. El contrato tenía vigencia durante cuatro años, pero seis meses antes de su finalización, la UAL ha decidido rescindirlo.
3. A los tribunales. La empresa y los trabajadores están dispuestos a llevar a la UAL a los tribunales por despido improcedente. De momento, los empleados ya han denunciado el caso ante la Inspección de Trabajo.
4. Despido objetivo. Por ahora, los trabajadores siguen contratados por Pipoca Sport, que hará un despido objetivo en septiembre si la situación con la Universidad no ha variado para entonces.
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