Cientos de estudiantes se disputan cada día el espacio de la sala 24 horas de la Universidad de Almería, la única de toda la provincia que cuenta con horario ininterrumpido y que no cierra por las tardes. El espacio, anexo a la Biblioteca Universitaria Nicolás Salmerón, tiene una capacidad aproximada para 300 personas, pero la demanda es tan grande que los puestos de estudio se ocupan desde primera hora de la mañana. “Ahora mismo somos cientos de personas que, o estamos preparando oposiciones o estudian para los exámenes de septiembre. Es increíble que en una ciudad como Almería solo haya una sala que abra por las tardes”, se queja Miguel, que oposita para conseguir una de las 500 plazas de funcionarios que el Ministerio de Interior sacará en los próximos meses para Instituciones Penitenciarias.
Hasta mediodía
Los estudiantes se reparten entre las salas de la Biblioteca Villaespesa -que está abierta desde las nueve de la mañana hasta las dos de la tarde-, las de la biblioteca universitaria, que también se cierra a mediodía, y la sala 24 horas. Y si por las mañanas ya hay usuarios que se quedan sin sitio, por las tardes, a veces, es “misión imposible”, como reconocen los afectados. “A las tres y media, la sala ya está hasta arriba y mucha gente se tiene que ir de vuelta a casa. Antes, cuando hacía menos calor, he estado viniendo por la mañana y por la tarde, pero ahora hay mucho ruido, mucha gente. Sé las condiciones y aquí no rindo”, explica Ana, que también prepara oposiciones.
Muchos opositores
Como ella, dice, están más de la mitad de los usuarios de la sala 24 horas. “El problema es la saturación que hay. Y el hecho de que haya tanta gente, provoca que haga mucho calor”, protesta Miriam, también opositora. Esos tres factores, la saturación, el ruido y las elevadas temperaturas de la sala - “cuando se colapsa, el aire acondicionado es como si no existiera”, critican-, son los problemas con los que, a diario, tienen que pelear los estudiantes.
“No es que la gente esté hablando: es que todo el tiempo hay personas levantándose o sentándose y cualquier ruido, aunque sea el que se hace al pasar las hojas, se nota”, explica Miguel. A su lado, Miriam añade que al estar tan cerca la sala de descanso de la de estudio 24 horas, apenas separadas por una puerta, “se oye todo: los baños, la máquina del café, la gente hablando...”. “Hemos empezado a venir menos en agosto. Los estudiantes que tienen exámenes en septiembre viene más y eso se nota también. Ahora, yo no lo soporto”, dice Ana, con contundencia.
De idéntica manera se expresan otras dos estudiantes, Alicia y María. Ambas son de Almería pero estudian Farmacia y Psicología en la Universidad de Murcia. “No sabemos si tenemos derecho a quejarnos porque estudiamos en otra universidad y venimos aquí a ocupar sitio, pero sí, es muy incómodo porque hay mucha gente. Ha habido días que, tal como he venido, me he tenido que volver a casa”, comenta Alicia.
Época de exámenes
La Universidad pone en funcionamiento en momentos puntuales del año salas de estudio con capacidad para 680 personas, repartidas entre el campus y la sede de la UAL en la calle Gerona. En periodo de exámenes se abren dos salas en el Edificio CTIC, con una capacidad de 150 plazas. A estas se suman otros 50 puestos en la calle Gerona. Además, la UAL amplía en esas fechas los horarios de todas las salas de estudio, abiertas desde las nueve de la mañana a las diez de la noche. Incluso, la sala del CAE pasa a ser 24 horas cuando se completa el aforo de la Sala 24 horas de la Biblioteca Nicolás Salmerón.
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