Pilar Herrero acaba de jubilarse. Han sido 42 años de una vida profesional ligada a los quirófanos, primero de la Bola Azul y después, del Hospital Torrecárdenas, donde ha sido supervisora de enfermería durante los últimos 27 años. Con la satisfacción del trabajo bien hecho y el cariño de sus compañeros, Herrero afronta ahora una vida en la que va a hacer todo lo que no ha podido hasta ahora. “Aún me va a faltar tiempo”, dice divertida.
Y divertida, además, de “entrañable” fue la fiesta que le han organizado sus “niñas”. Así llama a las enfermeras con las que ha compartido “toda una vida” en quirófano. Un trabajo del que, dice Herrero, una enfermera tiene que “estar enamorada”. “Siempre lo digo: para ser enfermera de quirófano una se tiene que enamorar. Si no gusta el quirófano, difícilmente se podrá aguantar”, explica. Y es que son muchas horas de pie y hay que estar preparado física y psicológicamente.
Herrero, que a diario camina entre siete y diez kilómetros, procura mantenerse en forma. Además, señala, cuando uno entra en quirófano, sabe la hora a la que ha entrado pero no la hora de salida. “Hay operaciones, muchas de Neurocirugía, por ejemplo, que empiezan por la mañana, continúan de tarde y no terminan hasta entrada la noche”, asegura.
Profesional enamorada
Lo que ella ha tenido con el quirófano ha sido un romance en toda regla. Nacida en Tánger hace 63 años, llegó a Almería con 21 para cursar Enfermería. “He sido de la primera promoción de Enfermería en Almería”, apunta orgullosa. La escuela de enfermería estaba ubicada en la quinta planta de la Bola Azul. Cursó la carrera entre 1970 y 1974, año en el que terminó junto a otras enfermeras muy conocidas en Almería como Pepa Márquez o Maribel Gutiérrez, que están trabajando en la Universidad de Almería.
Comenzó desde el primer momento a trabajar como enfermera de quirófanos en la Bola Azul y en 1983, cuando abrió Torrecárdenas, pasó allí. “He visto crecer el servicio. Primero con cirugía infantil, después llegó el quirófano de neuro, cirugía vascular, maxilofacial,.. Hacían mucha falta porque hasta entonces, los pacientes se derivaban fuera de la provincia.
Después de 42 años, los últimos al frente de más de 80 enfermeras y 16 auxiliares, lo único que le pena son las horas “robadas” a su hija. Compaginar vida laboral y familiar no siempre es fácil, reconoce esta enfermera, que ha vivido cuatro décadas con una segunda familia. La que configura el personal de quirófanos en Almería.
Segunda familia
“Somos como una familia. Muchas entramos con 20 años, solteras y sin novio, nos casamos, vivimos el nacimiento de nuestros hijos, los estudios, la Selectividad, y muchas ya son abuelas”, relata. El ambiente tan bueno es “contagiable”, además. Y quienes llegan al servicio enseguida se suman a este buen ambiente, que comparte enfermería con el resto de personal sanitario. Con todos los cirujanos y los distintos equipos quirúrgicos, el ambiente es “fantástico, fabuloso”, asegura esta mujer que destaca la gran complicidad entre todos.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/12/almeria/113305/pilar-herrero-42-anos-en-quirofano