Con sendas intervenciones en valenciano y catalán, los presidentes de ambos gobiernos, Ximo Puig (PSOE) y Carles Puigdemont (PDC) comparecieron ayer para hacer público su unidad de acción en defensa del Corredor Mediterráneo.
Los dos dirigentes autonómicos centraron sus discursos en poner en valor la suma de ambas comunidades en producto interior bruto, exportaciones, tráfico de mercancías, ... para reclamar al Ministerio de Fomento que “desatasque” esta infraestructura, “clave para Europa”.
En principio, el principal acuerdo al que llegaron en la sede de la Generalitat Valenciana fue la de crear una comisión permanente para el seguimiento de las obras del Corredor, a la que pretenden incorporar posteriormente a Andalucía y Murcia.
No obstante, a modo de ejemplo, ayer no se escuchó hablar de Almería ni a Puigdemont ni a Puig. Y ello, a pesar de que el presidente valenciano estuvo hace unos meses en Almería, en plena campaña electoral de las generales, en un acto similar junto a la presidenta de la Junta, Susana Díaz.
Para conocer la importancia de Andalucía para ambos mandatarios hay que remitirse a un documento publicitado en Twitter en el que sí hablan de esta comunidad. “Catalunya, Andalusia, Múrcia i la Comunitat Valenciana aportem: 50 por ciento de la población espanyola; 45 por ciento del PIB, ...”
Valencia y Cataluña reclaman, tras la reunión de ayer y a la que asistieron también representantes empresariales y sindicales y cargos institucionales, una “agenda creíble” de inversiones por parte del Estado.
“No podemos esperar más”, sentenció el presidente valenciano en un comunicado, mientras que Puigdemont dijo que “no se puede gobernar de espaldas al Mediterráneo”.
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