En pleno incendio del Partido Socialista con una Ejecutiva Federal que insiste en su legitimidad y la presidenta del Comité Federal pidiendo la intervención del Comité de Garantías, comparecía ayer la secretaria general del PSOE de Andalucía y presidenta de la Junta, Susana Díaz, en el Comité Director.
Todos los focos apuntaban a la que muchos señalan como el posible relevo en Ferraz, pero a pesar de ofrecer un discurso cargado de dardos y explicaciones de lo que desde su perspectiva ocurre en la formación y los pasos a seguir en el futuro, lo cierto es que no desveló nada sobre sus intenciones más allá de asegurar que le da igual “estar a la cabeza o la cola del partido” y que el día que le toque ir en la cola estará “empujando como la que más”.
Quiso dejar claro que el PSOE de Andalucía estará para “dejarse la piel” y “ayudar a coser, unir y volver a levantar este partido” defendiendo el trabajo realizado en todos los comicios nacionales en los que “siempre se ha arrimado el hombro” y “nadie puede pensar que los socialistas andaluces queremos que gobierne la derecha”.
Situación
Susana Díaz explicaba que la situación actual es “dolorosa y triste” afirmando que “es un momento crítico” en el que se debe realizar “una reflexión con profundidad y sin prisas” en el que se analice el motivo por el que se encadenan derrotas porque el partido “se ha desconectado de la sociedad”. Eso sí, cree la secretaria general de los socialistas andaluces que esto “se debe hacer en un congreso porque tienen que votar todos los militantes, eso fue una decisión del PSOE con el conjunto de su militancia y eso no se lo va a quitar nadie” pero “no en un congreso express porque alguien lo considere favorable a sus intereses personales”.
Quiso la secretaria general del PSOE-A acordarse también de los votantes porque “el PSOE no es solo patrimonio de los militantes sino de los millones de hombres y mujeres que dan su voto y que no tienen el carné”.
A pesar del desacuerdo, dice la líder socialista andaluza: “en el PSOE no hay bandos ni somos una banda” pero deja claro que en estos momentos “todas las soluciones son malas” abogando en primer lugar por “recuperar la unidad”.
En su intervención reivindicó Díaz como “patrimonio socialista” a los expresidentes Felipe González y José Luis Rodríguez-Zapatero afirmando además que le “duele” que se les sitúe “en el bando de la derecha”. Argumentaba que “no hay socialistas de izquierda ni de derechas” porque “si ser socialista es incompatible con ser de derechas”.
Podemos
En su intervención tuvo palabras también para “aquellos compañeros cegados por los fogonazos de los partidos nuevos”, algo que “ha pasado factura” en las urnas. Criticó principalmente a Podemos a quien acusó de “injerencias descaradas” para influir en el PSOE de Castilla-La Mancha o Extremadura afirmando echar en falta que “quienes tenían la responsabilidad en la dirección del PSOE, hubieran salido a defender a los compañeros de estos territorios”.
Además lanzó un mensaje directo a los morados: “lo que han hecho con IU no lo van a hacer con el PSOE, hagan lo que hagan”.
Susana Díaz cerraba su intervención pidiendo ahora “templanza y cabeza fría” transmitiendo a los andaluces un mensaje de “serenidad y confianza porque el PSOE-A va a estar a la altura de lo que necesita esta tierra”.
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