El nombre de Pedro Sánchez Pérez-Castejón ya está escrito en el libro de la historia del PSOE. El suyo y el de Susana Díaz Pacheco, líder de los socialistas en Andalucía y presidenta de la Junta desde 2013.
Los dos, Sánchez y Díaz, libraron ayer una de esas batallas políticas que nunca se olvidan. La baronesa política ganó tras una intensa semana en la que el socialismo español ha sufrido un terremoto de gran intensidad. Tanto que han dimitido más de la mitad de los miembros de la Ejecutiva Federal, se ha celebrado un Comité Federal que ha durado más de 12 horas y ha dimitido el secretario general, Pedro Sánchez, al no triunfar sus tesis sobre hacia dónde debe caminar ahora el PSOE tras seis derrotas consecutivas en las urnas - las últimas hace justamente una semana - y una situación de bloqueo político que impide formar Gobierno en España desde principios de este año 2016.
Pedro Sánchez quería que la dirección socialista fuera renovada por la militancia ya mismo. Que hubiera primarias el próximo día 23 de octubre - él quería mantenerse en el poder de Ferraz - y un congreso extraordinario a mediados de noviembre. Susana Díaz se opuso a ello abiertamente.
Sánchez y Díaz, enfrentados desde hace muchos meses, midieron sus fuerzas ayer ante casi 250 miembros del Comité Federal. No hubo acuerdo entre las partes. Tocó votar. Y se votó. A mano alzada. El resultado, 132 a favor de Susana Díaz y 107 a favor de Pedro Sánchez.
Hasta llegar a la votación, los españoles asistieron a un espectáculo retransmitido a las puertas de la sede de la calle Ferraz. A la sede socialista no pudieron acceder los periodistas. Todo lo que se sabía era por lo que se filtraba desde dentro. Hubo incluso filtraciones que no se correspondían para nada con la realidad.
Lo que sí era real tiene mucho que ver con constantes cruces de acusaciones entre las dos facciones actuales del socialismo español. Entre oficialistas y críticos. Entre sanchistas y susanistas.
En realidad, lo que se trataba de cuantificar eran los apoyos que le quedaban a Pedro Sánchez frente a la poderosa federación del PSOE andaluz. Susana Díaz, los suyos y otros barones como Ximo Puig (Valencia), Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha) y Guillermo Fernández Vara (Extremadura) hicieron bien las cuentas, aunque hubo momentos del día en que los oficialistas se mostraban confiados en ganar la batalla.
Ya era de noche en Madrid cuando los críticos quisieron demostrar su fortaleza e imponer su mayoría. En un momento determinado, tras suspenderse una rocambolesca votación, los fieles a Susana Díaz y a la mayoría de los barones quisieron plantear una moción de censura en el mismo Comité Federal. Comenzó la recogida de firmas y las rúbricas no dejaban lugar a dudas.
Los críticos impusieron sus posiciones por 25 votos. Pedro Sánchez, un asiduo de la provincia de Almería, había dicho la noche anterior que no iba a administrar decisiones que él no compartía y abandonaría su despacho de Ferraz. Así ocurrió anoche. Presentó su dimisión. “Sin más, muchísimas gracias de corazón. Gracias por vuestra atención, por vuestro trabajo y es todo cuanto tengo que deciros”
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