La Junta de Andalucía ha anunciado que "en próximas fechas" va a trasladar al interior del Conjunto Monumental de La Alcazaba de Almería unos 15 bolaños localizados en la ladera sur del cerro de San Cristóbal y que constituyen piezas de una primitiva artillería que fueron utilizadas a principios del siglo XIV como proyectiles durante el asedio que sufrió la fortaleza.
Según ha explicado la Junta en una nota, de la quincena de piezas, cuatro "están completas o casi completas", mientras que el resto son "fragmentos de gran tamaño". Los técnicos de la Junta han propuesto que dichos bolaños sean trasladados al interior del conjunto "para su mejor conservación y custodia".
Para ello se ha contado con la colaboración de la Unidad adscrita a la Policía Autonómica y la empresa Rehabitec. En la actualidad esta empresa lleva a cabo los trabajos de consolidación de parte de la muralla norte de La Alcazaba. Estas piezas guardarían relación con el asedio que sufrió La Alcazaba en el siglo XIV, época en la que fue objeto de numerosos ataques de la artillería pesada, que lanzaba bolaños desde las catapultas situadas en el vecino cerro de San Cristóbal.
Proyectiles de piedra
El bolaño era un proyectil esférico de piedra, toscamente labrada que lanzaban las primitivas piezas de artillería: las bombardas, las bombardetas y los pedreros. Generalmente se hacían de piedra calcárea, en Castilla era estimada la de Tordesillas. También se hacían de piedra berroqueña, pero lo usual era emplear el material que proporcionaban las canteras próximas a la plaza fuerte sitiada. Solían labrarse a pico y después se clasificaban con un molde de hierro o calibrador.
A medida que fue creciendo el diámetro de las bombardas, el peso de los bolaños que disparaban aumentó. El calibre de los pedreros no alcanzó las dimensiones del de las bombardas, y el de las bombardetas fue mucho menor, por lo que el peso de sus bolaños era también menor. Su peso oscilaba entre cinco y 150 kilos
Durante seis meses, Jaime II sometió a un duro asedio a la ciudad, en 1309. Este hecho histórico se conoce en detalle gracias a autores árabes posteriores que recogen la narración de los hechos, como Ibn Jatima, testigo de los sucesos. Las tropas llegaron en agosto embarcadas en 300 navíos pequeños y grandes, de guerra y comerciales.
A modo de prevención, el gobernador de Almería, Ibn Madyan, ordenó construir aquellas construcciones demasiado próximas a las murallas y tapiar las puertas de la ciudad. Los asediadores construyeron once catapultas para lanzar grandes bolaños (bolas de piedra de unos 300 kilos) contra la ciudad y su Alcazaba.
Como el asedio se prolongaba, los aragoneses se vieron obligados a demandar mayor cantidad de provisiones mientras que los recursos financieros empezaban a escasear. Tras una tregua, el ejército atacante se retiró, a finales de enero de 1310, no sin antes saquear los campos de Dalías, Tabernas y Níjar. La exposición permanente del museo muestra un bolaño procedente de la Alcazaba, donde se conservan gran número de ellos.
Según ha explicado el delegado territorial de Cultura, Alfredo Valdivia, "esta actuación expresa el compromiso de la Junta por el cuidado y mantenimiento no sólo del conjunto monumental, sino de todos los elementos que forman parte de nuestro patrimonio, como en este caso los bolaños".
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