Enfermeras del área de Oncología del Hospital Torrecárdenas han puesto en marcha una Consulta de acceso venoso dirigida a reducir las molestias y dolores que los reiterados pinchazos provocan en los enfermos con cáncer. Son sanitarios que se han formado en la inserción de catéteres centrales de inserción periférica (PICC), una técnica que permite mantener una sola vía para introducir el tratamiento de quimioterapia, hacer contrastes y también analíticas. Un único pinchazo en año y medio.
A lo largo de los últimos tres años y medio, enfermeras del área de Oncología se han estado formando, han contado durante un tiempo con el apoyo de una enfermera “implantadora” y desde agosto de 2015 ofrecen en la Consulta de acceso venoso una atención integral al paciente, explica Isabel Vergel Giménez, coordinadora de cuidados de Oncología.
La enfermera hace en esta consulta una valoración proactiva, es decir, “estudia al paciente, su proceso oncológico, sus circunstancias sociales y realiza la valoración sobre qué acceso venoso es el que mejor se corresponde a su realidad”. Son muchos los pacientes oncológicos a los que la administración de quimioterapia por vena provoca un importante deterioro del árbol venoso y un dolor insoportable con cada pinchazo.
Este sufrimiento había sido ya detectado por las enfermeras, reconoce Vergel, que señala cómo la mejoría llegó a Torrecárdenas a raíz de un congreso internacional al que accedió casi de casualidad. Conocer el PICC y la inserción periférica, es decir, la colocación de un catéter que va hasta la zona coronaria desde una vena del brazo superior permite disponer de una vía de acceso única, fiable y segura a lo largo del tiempo gracias a materiales biocompatibles.
Vida totalmente normal
Este tipo de vía ofrece al paciente la posibilidad de llevar una vida diaria totalmente normal, señala Francisca Montoya, responsable de la consulta de PICC. “Salvo tomar peso excesivo para evitar que la sonda se salga de la vena, el paciente hace vida normal”, dice.
Hasta la fecha, en Torrecárdenas se han puesto 265 catéteres centrales de inserción periférica (PICC) con un porcentaje mínimo de infección y trombosis asociado a ellos, recuerda Vergel, que valora “el inmejorable equipo” que forman los profesionales de enfermería con los cirujanos y oncólogos.
Entre todos, se busca reducir molestias, dolores y sufrimiento innecesario, dice. De hecho, en la Consulta de acceso venoso, Montoya puede incluso insertar el PICC en acto único, es decir, que se valora, se toma la decisión más acorde al paciente y se le coloca el catéter en 20 minutos. Después, cuidarlo como “una herida que no se moja”.
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