Más de 4.000 almerienses son los que han pasado estos últimos 25 años por la asociación de Jugadores de Azar Rehabilitados de Almería (Indalajer). Una entidad que, a día de hoy, ofrece tratamiento para dejar la adicción al juego a más de 150 personas, entre enfermos y familiares.
La asociación, integrada en la federación andaluza Fajer, cumple sus bodas de plata en la provincia de Almería con el reto de ayudar a quienes, “cada día más jóvenes”, se enganchan a una adicción sin sustancia. De hecho, el perfil de la persona que atiende la asociación almeriense ha variado “y mucho” en los últimos años, explica el presidente de la entidad, Manuel López.
En sus inicios, Indalajer abría sede en Almería de la mano de Francisco Atienza, primer presidente, para dar respuesta a quienes no podían controlar su adicción al juego. Se trataba, normalmente, de personas de mediana edad, enganchadas a las máquinas tragaperras y al bingo.
Jóvenes y vía Internet
A día de hoy, el perfil del adicto al juego ha rebajado fundamentalmente su edad e, incluso, hay menores de 14 y 16 años en tratamiento. Además, las nuevas tecnologías se han convertido en una “trampa” para muchos de ellos. Y es que las adicciones son hoy al juego on line, pero también al teléfono móvil o las compras compulsivas.
Precisamente, el juego a través de Internet se ha convertido en caballo de batalla para Indalajer que, a nivel federativo, no ceja en el intento de que se controle más, no se convierta en algo tan accesible para los menores, y que no conlleve unos anuncios publicitarios tan agresivos en los que se confunde a los jóvenes a quienes se ofrece una adicción como si de un deporte se tratara. En este sentido, Manuel López insiste en que, de momento, lo único que se ha logrado es que se incluya en el anuncio la petición de “juego responsable”.
Diferentes sedes
Indalajer ofrece ayuda a adictos y también familiares en la sede que tiene en la avenida del Mediterráneo (junto al puente sobre la vía férrea). Esta no ha sido la única sede desde la que un grupo de jugadores rehabilitados trabaja para ayudar a otros a salir de su rueda de adicción.
La primera de las sedes se ubicó en en el que era centro comercial Altamira para pasar después a la calle Maestro Padilla, donde Indalajer estuvo catorce años. En la avenida del Mediterráneo está desde 2009.
La labor que realiza hoy Indalajer incluye un convenio de colaboración con la delegación territorial de Salud. De hecho, el delegado en Almería, José María Martín, tiene previsto visitar la sede de la asociación esta semana coincidiendo con el 25 aniversario.
Veinticinco años después, Indalajer sigue reclamando la “retirada inmediata” de las máquinas tragaperras de los locales de hostelería. Además, la asociación exige un control de acceso riguroso prohibiendo el acceso a menores y personas autoprohibidas a todos los locales donde están ubicadas las máquinas de juego.
No en vano, tanto la delegación territorial de Salud como Indalajer han fijado los 16 años como media de inicio al juego de forma adictiva. Respecto al perfil del jugador en la provincia, Indalajer habla de varón, de entre 31 y 41 años, adicto a las máquinas tragaperras y que tarda casi diez años en buscar ayuda.
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