Las víctimas murieron asfixiadas por el humo

La investigación coordinada por la Policía Científica de la Comisaría Provincial de la Policía Nacional y el Instituto de Medicina Legal de Almería ha identificado a los fallecidos como Alejandro (21 años), Cynthia (15 años) y Naima (12 años).
Según los primeros informes sobre el suceso, los chicos murieron asfixiados por el humo generado por el sofá, los colchones y los plásticos incendiados en el acceso a la cueva de piedra caliza (la puerta era una pequeña apertura en un muro sobre el que reposaban las láminas de chapa que hacían las funciones de techo).

La dotación del Parque de Bomberos de Almería halló los cuerpos de los jóvenes refugiados en el fondo de la cavidad, hombro con hombro, protegiéndose ante el avance de las llamas propagadas rápidamente por un mobiliario precario y la acumulación de desechos. Según fuentes oficiales de la Policía Nacional en Almería, los muchachos estaban “semicarbonizados”, aunque las condiciones de la cueva apuntan a una situación de asfixia previa a la llegada del fuego.

El recinto funcionó como una chimenea, con abundante combustible en el interior (colchones y sofá), una entrada de aire por abajo (puerta de acceso) y una salida en la parte superior (el hueco entre la piedra y las chapas del  techo). Además, la cueva tenía en el fondo, a un lado, un pozo con decenas de metros de profundidad tapado con unas tablas.

Especialistas del Parque de Bomberos de Almería, acompañados por agentes de la Policía Local, acudieron al amanecer a la zona cero para reconocer el lugar y preparar el informe pericial que se unirá a las diligencias elaboradas por el Grupo IV de la Policía Judicial (Grupo de Homicidios). Aunque existe un detenido, la investigación permanece abierta.